miércoles, 28 de abril de 2010

Pedir perdón

Señor Director y Editor:
La cultura del secretismo, del resguardo, del silencio, de las redes de protección, genera las condiciones para tipos como Paul Schafer y otros quienes ejercen un poder inmenso sobre las víctimas y sus entornos.
Hace algunos años desde muchos rincones del territorio, incluso desde nuestra Araucanía, viajaban hasta Colonia Dignidad cientos de personas quienes participaban de actividades de grupos de amigos de aquel enclave. Hace algunos días muy pocos acompañaron a su antiguo jerarca.
Hoy, con opiniones públicas divididas, se denuncian abusos cometidos por miembros de la curia en Chile y otros países. Cuestionamientos, incredulidad, debido proceso, escándalo, valentía, dolor, rabia, son parte del lenguaje del momento. Por supuesto que hechos como el mencionado se comete en los más disímiles ámbitos y obviamente quiebra las confianzas depositadas; en la política, iglesias, fuerzas armadas, colegios, entre familiares y tantos otros ámbitos son espacios de acción para situaciones de abuso contra menores y adultos.
Pedir perdón.
En comunicación estratégica se utiliza como dispositivo de resguardo de prestigio, de cuidado de marca (identidad + imagen). Requiere de una planificación y de una serie de pasos a seguir como reconocer, asumir los errores, solicitar apoyo, transparentar procesos, asumir modificaciones, etc.
Como actuar. Sin manuales. La responsabilidad está en apoyar las víctimas, a sus familias, en develar y denunciar, en que se generen procesos judiciales transparentes y no paralelos, en entender que el valor del sujeto, de la persona, está por sobre cualquier organización, institucionalidad o sistema.
Quizá en ocasiones no es suficiente con pedir perdón.
Oscar Carrasco Carrasco

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