viernes, 16 de abril de 2010

Reflexión post terremoto

Señor Director y Editor:
Desde Santiago envío un fuerte y caluroso saludo para usted, los lectores de este medio y en general a toda la población de mi querido Angol y la provincia de Malleco.
Durante el tiempo que ha transcurrido desde aquella fatídica madrugada del 27 de febrero del presente, hemos podido observar las diferentes falencias tanto de organismos públicos, de empresas privadas, así como de la población en general; lo cual evidentemente sirve para saber qué debemos mejorar en todos los aspectos.
Nuestra querida ciudad sin duda sufrió los embates del terremoto, pero debo decir estimados, que tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Talca a un mes del sismo, y francamente el desastre es total, iglesias, edificios, locales comerciales y casas destruidas. Eso sí ya no se ven escombros en la ciudad, pues todos fueron retirados de la vía pública.
Mi afán no es provocar polémica ni darle la razón al Sr. alcalde de nuestra comuna o al honorable diputado de la República, es sólo comentar una situación que es real y efectiva en una localidad ampliamente más afectada por el desastre más grande que nos ha golpeado en los últimos años.
Espero que el sismo traiga consigo no sólo el desastre causado y la desnudez de las falencias que ya todos conocemos, sino sea como toda crisis, una oportunidad de superación y de reconstrucción, no sólo de estructuras tangibles, sino de una reconstrucción mental y moral que nos deje capacitados para enfrentar de mejor manera cualquiera de las catástrofes a las que nuestro querido país nos tiene acostumbrado.
Espero también que no desaparezcan los fondos destinados al desarrollo regional como excusa de la reconstrucción, pues gracias a éstos recursos se generan muchos empleos, lo que es clave para reactivar la economía, mejorar la calidad de vida y reducir la delincuencia. Si esto ocurre, devela una flaqueza aún mayor en la obtención de recursos; si cada vez que nuestro país atraviesa por una catástrofe son los más pobres y la clase media quienes tienen que pagar el costo aunque sea indirectamente, significa que no estamos bien orientados.
Uno de nuestros recursos más grandes son los minerales, entre ellos el cobre asoma como el más destacado, pero las empresas que lo extraen pagan un royalty (lo cual se traduce como el derecho de explotar un recurso de todos los chilenos) no recuerdo bien si de un 3 o un 5%. Si aumentásemos el royalty que hoy es prácticamente una burla, a un 25%, y este 20 o 22% extra fuese a un fondo mixto de ahorro e inversión, tendríamos a donde echar mano cada vez que ocurriese alguno de los desastres a los que ya estamos habituados, sin la necesidad de redestinar recursos y cargarle el costo a la clase media y a los más pobres.
Creo que es tiempo de aprovechar estos recursos pues como todos sabemos son no renovables y algún día se terminarán, no esperemos a que venga otro terremoto, tsunami, aluvión, erupción volcánica, sequía, inundación, nevazones intensas u otro, para pensar de dónde extraer recursos.
Un abrazo y mucha fuerza a toda nuestra comuna.
Néstor Pérez C.

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