Santiago.- (Martín Romero Eguiluz) Si para poner en marcha el billete de $5 mil el año pasado, el presidente del Banco Central, José De Gregorio, eligió lustrarse los zapatos en pleno Paseo Ahumada, ayer para hacer lo mismo con el nuevo de $10 mil, la máxima autoridad del instituto emisor prefirió comprar un libro de Arturo Prat en una librería de la Plaza Mulato Gil de Castro, en el tradicional Barrio Lastarria.La ocasión no era menor, puesto que la nueva imagen y material del billete es la primera renovación que sufre desde su salida al mercado en 1989.
El remozado billete es el segundo de la familia de nuevos circulantes que el Central inauguró en septiembre del 2009 con el de $5 mil y que se traduce en diseños homogéneos (ubicación de los números, de la firma, de los retratos, y del paisaje dibujado); más seguros y de fácil identificación, sobre todo, para los discapacitados visuales. En ese sentido, De Gregorio comentó que “quiero reiterarles a nombre del Consejo del Banco Central el orgullo que sentimos por los resultados de este fascinante proyecto, que esperamos tenga una larga vida”.
Renovación
El nuevo billete, del que se lanzaron 35 millones de unidades, está hecho de papel algodón y tiene en el anverso un retrato de Arturo Prat basado en una obra de Manuel Antonio Caro, perteneciente a la colección de la Armada. A su lado posee imágenes del corazón del Copihue y del Antú, símbolo mapuche que representa al sol y a la fertilidad.
En el reverso tiene la imagen de un cóndor y del Parque Nacional Alberto de Agostini, ubicado en la Región de Magallanes.
En cuanto a seguridad, el papel posee una impresión con relieve pronunciado, una marca de agua más sofisticada con una imagen incompleta en cada una de las caras, que al mirar a contraluz completa el número 10.000. Además, tiene dos hilos de seguridad, uno visible a contraluz y el otro en versión 3D dentro del cual tiene un Antú que se mueve transversalmente.
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