martes, 20 de abril de 2010

Tataranieto de Gustave Verniory recorrió Lautaro y la zona

Lautaro.- El pasado sábado un visitante muy especial se hallaba entre el público que disfrutaba del encuentro mapuche organizado por el municipio lautarinos. Y es que entre las ramas de canelo, trutrucas y cultrunes de la rogativa destacaba la presencia del joven belga Benoit Decerf, nada menos que tataranieto del ingeniero Gustave Verniory, inscrito como pieza fundamental en la historia de Lautaro y del ferrocarril. El descendiente de Verniory había escuchado de labios de su abuelo, en Europa, la historia y hazañas de su antepasado. Es por eso que en el contexto de un viaje de seis meses a Sudamérica, decidió tomar contacto con la municipalidad de Lautaro para dar forma a esta visita a los escenarios por los que Gustave Verniory caminó a inicios del siglo pasado. De esta manera, la primera actividad de Benoit Decerf en tierras lautarinas fue el encuentro mapuche en el que, junto a su novia, pudo compartir con lonkos de Blanco Lepín, Malpichahue, comunidad Tripaiñán, Coihueco, Central Alhueco y Ñancupil, entre otros puntos de la comuna.
Vivamente impresionado por las costumbres ancestrales, tras la entrega de instrumentos tradicionales a los comuneros, fue invitado a entregar algunas palabras a los presentes, describiendo este paso por Lautaro como “un descubrimiento muy fuerte y muy interesante. Hace 100 años Gustave Verniory estuvo aquí trabajando en las líneas del tren y puedo decir que a mi retorno a Bélgica será mi turno de contar todo lo que he visto a mi abuelo”.
A continuación el joven belga recibió un recuerdo por parte de los lonkos y el alcalde, e incluso tuvo la oportunidad de conocer más de cerca los ritmos chilenos bailando un vals chilote.
Posteriormente, la comitiva visitó una ruka en la que compartieron una rica y tradicional cazuela. Fue el momento del intercambio de presentes. Mientras el descendiente de Verniory obsequiaba al alcalde con un vino, la primera autoridad comunal le hacía entrega del Plano Regulador realizado por Verniory, junto con libro que narra las aventuras del ingeniero belga por Lautaro.
Al día siguiente, Benoit y su novia compartieron un almuerzo junto al jefe de gabinete Marcelo Poveda y el arquitecto lautarino Jaime Gatica. El lugar escogido fue la Casa Francesa, lugar tradicional e histórico del que Teillier y el propio Verniory eran visitantes habituales.
El descendiente de Verniory prosiguió su viaje al pasado, recorriendo las obras del ingeniero, siempre en compañía de su novia y del arquitecto lautarinos Jaime Gatica. La primera parada fue en la edificación que fuera la casa de Verniory, ubicada junto al río y que por efectos del terremoto de febrero se vino abajo. Luego, se hizo un recorrido por el Parque Ferroviario de Avenida Pedro Aguirre Cerda.
La siguiente estación –literal- fue la estación de Victoria, para continuar camino al río Quino, donde se levanta uno de los puentes construido por el ingeniero belga.
La estación de trenes de Púa fue la siguiente parada, cerrando aquí la jornada dominical.
El viaje de Benoit finalizó el lunes. El primer punto del trayecto fue la pasarela ferroviaria Quillen, que se levanta a mucha altura sobre el río del mismo nombre.
A continuación, la comitiva atravesó Temuco hasta llegar al puente que une a esta comuna con Padre Las Casas, otro viaducto ferroviario que ha resistido el paso del tiempo.
Siempre hacia el sur, el descendiente de Verniory puso punto final a su aventura en el puente Toltén, para retornar en horas de la tarde a Lautaro.
Feliz por su viaje por las obras históricas de su tatarabuelo, aseguró que retornará a Bélgica con un cargamento de amistades y de recuerdos, historias que esta vez él contará a su abuelo, para demostrarle que en el fin del mundo, el sur de Chile, hay una pequeña comuna que tiene siempre presente en la memoria el apellido Verniory.

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