jueves, 16 de julio de 2009

Niña del Bajo Traiguén padece parálisis cerebral y lucha por ponerse de pie ¿Abuelita y yo cuando voy a caminar? Pregunta día a día la pequeña Isidora

Victoria.- Cada día...cada amanecer que transcurre en el Bajo Traiguén se transforma en una larga espera para la pequeña Isidora Alvarado Jéldrez. Una victoriense que hace cinco años nació en esta tierra, pero que al querer dar su primer respiro de vida tragó líquido amniótico provocándole que su pequeño cerebro se dañara al extremo de paralizar parte de él. Mejor suerte corrió su compañera de vientre y hermana gemela Valentina, quien llegó a este mundo incólume y quien corre y juega alrededor de Isidora, quien (ésta última) desde los brazos de su madre pasó directamente a la silla de ruedas.
Hoy ambas hermanas se forman y educan en el jardín que la Fundación Integra, mantiene en este populoso sector de Victoria. “Isidora tuvo mala suerte al nacer y bueno Dios quiso que así fuera” dijo su madre Elizabeth Jéldrez, quien añadió que su hija está impedida de caminar, pero que su mente está intacta y lúcida tanto así que es una más de las activas alumnas del citado establecimiento. “Isidora es una niña muy alegre, sus compañeros la quieren mucho y es una alumna muy inteligente” dijo por su parte la Educadora de Párvulos y Directora subrogante del Jardín Marta Brunet del Bajo Traiguén, Ingrid Cayul Lincoleo. Quien aseguró -coincidiendo con la madre de la menor- que el destino de la niña es incierto, sobretodo cuando esta deba ingresar a la educación básica. “En estos momentos recibo un subsidio único familiar (SUF) por diez mil pesos mensuales, los que me deben alcanzar para los pañales, su leche, alimentación y vestuario. El hospital me da la plata para los pasajes y poder viajar a Temuco a la Teletón, en donde Isidora se rehabilita,” manifestó Elizabeth.
Pregunta
“Todos los días mi nieta me pregunta. “Abuelita y yo cuando voy a caminar” y yo le contesto “mañana” pensando en que ese día llegue alguna vez” dijo Flor Arias, abuela de Isidora la menor de cinco hermanos. Junto a sus padres hacen magia para sobrevivir con un poco más de cien mil pesos al mes. “Según la doctora Carmona -quien controla a la pequeña- pronto los huesitos de la cadera de mi hija se saldrán de su lugar, debido a los años que lleva en silla de ruedas. Lo cual me tiene muy triste ya que los especialistas me dijeron que probablemente mi hija podría caminar cuando cumpla los 10 años de edad,” manifestó acongojada la madre, sosteniendo algo de alegría al ver que su hijita por lo menos ya se arrastra por el interior de la estrecha casa, de la población Mackray. “No sé cómo la haré cuando la “Isi” deba ir al colegio, ya que hoy los pañales y su alimentación se las prodigan las “tías” del Jardín” acota con angustia. “En Victoria falta implementación para casos como el de esta niña, así como actividades y ejercicios adecuados para su rehabilitación. La niña solo está discapacitada de sus extremidades, pero su mente es tan normal que incluso sueña con ser doctora en el futuro”, agregó la Directora del Jardín. Por tanto el caso reviste una necesaria preocupación, la que esperamos desde acá alguien puede apadrinar o simplemente ayudar a sobrellevar para esta pequeña “vecinita” de la comuna de Victoria. Basta recordar que los niños no pueden esperar, más aún tratándose de una niña que a pesar de todo... regala sonrisas de verdad.

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