domingo, 6 de marzo de 2011

El terremoto y los desafíos del futuro

Santiago.- Hernán de Solminihac Tampier, ministro de Obras Públicas
Bastaron 110 segundos para cambiarlo todo: La vida de millones de chilenos y los desafíos que como Ministerio de Obras Públicas nos tocaría enfrentar. Y cuando aún intentábamos reponernos de uno de los peores terremotos de la historia, la fuerza del mar se encargó de recordarnos que la naturaleza suele tener la última palabra.
Cuesta creer que en menos de dos minutos se haya producido tanta destrucción: 1.700 puntos de infraestructura pública dañada -con especial dureza entre las regiones Quinta y Novena-, que más allá de los números significaron puentes y caminos dañados, graves perjuicios en obras de riego, agua potable urbana y rural y, peor aún, pérdida de la capacidad productiva y del sustento de miles de familias en ciudades, pequeños pueblos y caletas que fueron arrasadas por el tsunami.
La vastedad y profundidad de la tragedia pudo habernos derrumbado. Sin embargo, como Ministerio de Obras Públicas respondimos al sentido de urgencia y las metas que nos planteó el Presidente Sebastián Piñera, y a la fecha podemos decir que el 99,1% de la infraestructura catastrada ya se encuentra en servicio total o parcial. Cada día ha sido un pequeño paso y una invitación para que los chilenos hoy vuelvan a sonreir y disfrutar nuestro país, recorriendo el país por una Ruta 5 normalizada longitudinalmente o visitando las playas rehabilitadas para el turismo en Maule y Biobío, que además son un aliciente importante para la actividad productiva de pequeños empresarios hoteleros y pescadores artesanales, cuyos muelles y caletas están total o parcialmente operativos.
La reconstrucción ha sido también un proceso muy activo en La Araucanía. Tras el terremoto, trabajamos en la reparación de los 63 sistemas de Agua Potable Rural afectados por el terremoto. Así también reconstruimos la Costanera de Villarrica, el puente Niágara y trabajamos en el reforzamiento de riberas de los ríos Toltén y Purén, entre otras acciones.
Todo lo descrito es un paso importante, pero queda mucho más por caminar, pues la reconstrucción durará hasta 2014. De este modo, por ejemplo, el puente provisorio en río Claro dará paso a una estructura definitiva y esperamos concluir los procesos de estabilización y demolición de los nueve edificios para los cuales fuimos mandatados en la Octava Región. En toda esta esta etapa, asimismo, hemos incorporado los necesarios aprendizajes que dejan catástrofes como la vivida el 27 de febrero, y ya hemos puesto en operación el primer sistema de agua potable semi enterrado en Champa-Hospital, que reemplazará a la copa de agua que colapsó producto del terremoto.
Este esfuerzo del Ministerio de Obras Públicas, y en particular de sus más de 8 mil funcionarios, lo asumimos con orgullo y sentido de urgencia, sin descuidar además, el desarrollo de nuestra cartera a lo largo de todo el país con obras relevantes para la vida de las personas como son las carreteras, hospitales, nuevos espacios urbanos, obras para agua potable y de riego, aeropuertos, caletas pesqueras, estadios, entre otros, financiados tanto con recursos fiscales o a través de concesiones.
Tenemos la certeza de que hemos avanzado y la confianza de que cumpliremos las metas, pero en ningún caso creemos que la tarea está cumplida. El terremoto y posterior tsunami nos demostró que siempre debemos estar preparados, porque la vida puede cambiar para siempre, en sólo una noche, y en 110 segundos

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