jueves, 8 de mayo de 2008

Ejercicio contra la depresión SIN EFECTOS SECUNDARIOS

Pero el ejercicio es mucho más que eso porque además equilibra el conjunto de neurotransmisores que hay en el cerebro.
La depresión es considerada por los psiquiatras como una ruptura de las conexiones entre la realidad y el cerebro que el ejercicio puede restablecer. Además, posee la ventaja de no causar ninguno de los efectos adversos que pueden observarse en los antidepresivos, como pueden ser los sentimientos suicidas que en ocasiones aparecen en jóvenes y adolescentes.
Los psiquiatras aconsejan, según el cuadro médico que presenta el paciente, administrar una medicación, realizar ejercicio o combinar ambas cosas al mismo tiempo, aunque se ha comprobado que estas tres fórmulas pueden llegar a ser igual de eficaces.
De la misma forma que se considera que si se prescriben medicamentos es porque son necesarios para aportar las sustancias necesarias en el equilibrio orgánico, también se considera que hacer ejercicio físico siempre será más sano, si con ello se consiguen obtener los mismos beneficios que con el tratamiento médico.
Pero obtener mejoras a través del ejercicio físico tiene una aportación añadida y es que el paciente habrá ganado confianza en si mismo. Además, en casos de depresión leve, el ejercicio no solo aporta beneficios para la vida diaria también reduce el estrés y la ansiedad, mejora las condiciones cognitivas de aprendizaje, memoria y concentración.
A finales de la década de los noventa, investigaciones llevadas a cabo por el científico Fred Gage, del Salk Institute de San Diego (EE.UU), demostraron que tejidos cerebrales procedentes de personas fallecidas podían generar nuevas neuronas, fenómeno que tomó el nombre de neurogénesis.
Este descubrimiento fue muy importante porque a partir de entonces se demostró la plasticidad de la masa cerebral y su capacidad de regeneración, lo que aportó datos muy importantes para avanzar en enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o los episodios de depresión.
El ejercicio favorece la circulación sanguínea que, a su vez, facilita que ciertas proteínas lleguen al cerebro y se produzca la neurogénesis. Debido a la incidencia que tiene el ejercicio en el nacimiento de nuevas células, algunos centros geriátricos de Estados Unidos han implantado programas de ejercicio.
También en las consultas de los psiquiatras, el ejercicio físico debería de ser uno de los medicamentos más aconsejados, proporcionaría mejor humor a los pacientes y evitaría el consumo de muchos fármacos.

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