viernes, 2 de mayo de 2008

Rechazo a orden de partido Diputado Estay la considera centralista y antidemocrática


VALPARAÍSO.- Su total rechazo a la «orden de partido», manifestó el Diputado UDI Enrique Estay. En su opinión, los actos de indisciplina de parlamentarios de la Concertación, que votaron contra la voluntad del Ejecutivo y que expulsados como le sucedió a Zaldívar, terminaron renunciando a sus tiendas políticas, no cabe duda que tuvo efectos inmediatos y devastadores para el gobierno, como la pérdida de la presidencia del Senado y la destitución de una Ministra de Estado, acusada constitucionalmente, o sea algo nada menor, por lo que la reacción del Gobierno de la Concertación no se hizo esperar. Y que mejor remedio señaló Estay, que el anuncio de un Proyecto de Ley que vendría a modificar la actual Ley de Partidos Políticos, todo bajo el samaritano manto de la modernización del Estado y de la vida política, pero que dentro de su seductor envoltorio esconde un concepto retrógrado e incluso antidemocrático acerca de la función que deben cumplir los partidos políticos, que es «la orden de Partido».
El anunciado proyecto determina que podrán dictarse para los parlamentarios, órdenes de partido, supuestamente en materias donde se encuentren comprometidos los principios, el programa o la línea política del partido. Para Estay algo sumamente ambiguo, centralista y oligárquico. «Esta orden de partido o disciplina del voto, significa que los parlamentarios dejarán de emitir su voto en conciencia, como sucede hoy día, por lo que los parlamentarios nos transformaríamos en simples piezas de una máquina electoral o en una simple caja de resonancia de lo que resuelvan las cúpulas de los partidos políticos».
Hasta donde sabemos, señaló el Diputado Estay, «siguiendo los preceptos de una Democracia Representativa, la soberanía reside en el pueblo y este la delega en sus representantes que somos nosotros los parlamentarios, debemos entender que somos los depositarios de la voluntad general, en consecuencia de nuestras actuaciones respondemos ante la ciudadanía, no ante un Partido Político que por mucho que nos represente, solo hizo una selección de los candidatos, pero que seguirá siendo siempre un ente ajeno al Congreso . De existir la «orden de partido» bastaría conocer la intención de cada Partido para conocer el resultado de un determinado Proyecto, por lo que, no solo sería estéril la discusión legislativa, sino además la votación en sala, porque si conocemos anticipadamente el número de escaño que corresponde a cada Partido sabríamos también el resultado».
Con la «orden de partido», argumentó Estay «se atenta seriamente contra un Poder del Estado, que es el Congreso Nacional, porque la discusión de las leyes se trasladaría a un órgano si bien funcional al sistema democrático, pero que no tiene por función, el estudio, discusión y votación de las leyes. Por eso, consideramos además, que la iniciativa del gobierno tiene visos de inconstitucionalidad».
Para el parlamentario, lo que propone el Ejecutivo es algo absurdo y contradictorio con un sistema democrático, que contribuiría aún más al centralismo, puesto que las decisiones serían tomadas por una oligarquía, que serían las cúpulas de los Partidos Políticos más influyentes.
Finalmente expresó el Diputado Enrique Estay, llegaríamos «a una «Partitocracia», donde las decisiones legislativas ya no la tomaríamos los parlamentarios, sino la dirigencia partidista, seríamos simplemente uno seres descerebrados y decorativos».

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