martes, 6 de mayo de 2008

Diputado Eduardo Díaz satisfecho: “Se ha reconocido el derecho de Jorge Lavandero”

El diputado Eduardo Díaz del Río, quien reiteradamente sostuvo que debía concedérsele la libertad al ex senador, mostró enorme satisfacción ante el fallo de la Corte Suprema que acogió por unanimidad el recurso de protección de Jorge Lavandero contra la resolución del Seremi Metropolitano de Justicia que le había negado la libertad condicional, señalando que “con esta decisión, el máximo tribunal del país ha impuesto el imperio de la ley, reconociendo el derecho de Lavandero”.
“Reiteradamente denuncié como subjetiva, infundada y arbitraria la negativa del Seremi a concederle la libertad condicional, criterio que a la postre fue ratificado tanto por la Corte de Apelaciones de Santiago como por la Corte Suprema, en ambos casos de manera unánime”, apuntó el parlamentario.
El diputado recordó haber sido el primero en pedir públicamente la libertad del ex senador, y en denunciar que la campaña montada en su contra superó largamente los marcos de la justicia, para convertirse en una obsesión rayana con la persecución política.
“De este modo”, añadió Eduardo Díaz, “por fin se hace justicia en el caso de Jorge Lavandero, quien sin duda alguna ha sido perseguido políticamente, mucho más allá de lo que el gobierno ha hecho ante casos similares o aún más graves”.
“La enorme resistencia de las autoridades de reconocer lo que era obvio, es decir que el ex senador cumplía con creces todos y cada uno de los requisitos para obtener la libertad condicional, demuestra que en algunos es mucho el temor de tener a Lavandero haciendo uso del derecho a la libertad. Desmentir este aserto, estuvo por largos meses en poder de la autoridad del Ministerio de Justicia y del Consejo de Defensa del Estado, pero ellos persistieron hasta la completa derrota judicial”, acusó Eduardo Díaz del Río.
El parlamentario indicó finalmente que “a contar del cumplimiento de este fallo, que bajo motivo alguno puede ser dilatado, Jorge Lavandero recupera una libertad que jamás debió haber perdido, por cuanto el juicio abreviado que llevó a su condena estuvo viciado desde el momento en que en la misma audiencia el ex senador acusó sentirse presionado por el acuerdo al cual lo llevó su abogado, hecho que de inmediato debió haber impulsado a la jueza de garantía a suspender la instancia y llevarla a un juicio oral, en el cual pudo haber desplegado pruebas en su defensa, para desacreditar las acusaciones en su contra”.

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