miércoles, 8 de junio de 2011

Separan a los presos mapuches que llevan 85 días en huelga de hambre en Chile

Santiago.- Los cuatro presos mapuches que mantienen una huelga de hambre desde hace 85 días en el sur de Chile, fueron separados hoy e ingresados en distintos hospitales de la zona, "por razones médicas", según dijeron las autoridades.
Hasta ahora, Héctor Llaitul, José Huenuche, Jonathan Huillical y Ramón Llanquileo permanecían en el hospital de Victoria, a 600 kilómetros al sur de Santiago, en la región de La Araucanía, debido al deterioro que el prolongado ayuno ha causado en su salud, con pérdidas de peso de entre 20 y 25 kilos.
Los comuneros, que iniciaron la huelga en demanda de la anulación de un juicio en el que fueron condenados a penas de entre 20 y 25 años por el ataque a un fiscal y un asalto a un agricultor, sólo ingieren líquidos desde que comenzaron la protesta.
Los mapuches alegan que en el juicio se utilizaron elementos que corresponden a la ley antiterrorista, lo que limitó su defensa e impidió que tuvieran un juicio justo.
La Corte Suprema rechazó la semana pasada un recurso de anulación del juicio, aunque rebajó las penas correspondientes al ataque contra el fiscal, de tal modo que Llaitul debería pasar 14 años en la cárcel en lugar de 25 y los otros comuneros un total de ocho años en vez de 20.
Los cuatro comuneros decidieron proseguir la huelga de hambre tras no lograr la anulación del juicio, mientras el pasado lunes cuatro de sus familiares decidieron unirse a la protesta.
Este miércoles, José Huenuche fue trasladado hasta el Hospital de Los Ángeles y Ramón Llanquileo al hospital de Concepción, en la región del Bío Bío, mientras Jonathan Huillical fue llevado al hospital de Nueva Imperial, en La Araucanía y Héctor Llaitul fue dejado en Victoria.
El director de Gendarmería (Servicio de Prisiones) de La Araucanía, coronel David Espinoza, aseguró a los periodistas que el traslado obedeció a razones médicas.
"La decisión del traslado es exclusivamente por prescripción médica, por lo que a nosotros solo nos corresponde atender todo lo que dice relación con su seguridad y custodia", aseguró.
En tanto, Natividad Llanquileo, portavoz de los comuneros y uno de los familiares que se unieron al ayuno el lunes, dijo que teme por la vida de los presos y denunció que fueron maltratados por los guardias mientras eran sacados del hospital.
"Los esposaron y les pegaron", dijo LLanquileo, que añadió que el traslado de este tipo, "puede significar la muerte de cualquiera de ellos".
Agregó que los familiares no fueron avisados del traslado y que los comuneros fueron sacados por la parte trasera del hospital.
"Nosotros estamos en la entrada del hospital, a ellos los sacaron por la fuerza, por la parte de atrás. Nos tuvieron toda la mañana en reuniones, nunca nos dijeron que los iban a trasladar", aseguró.
Juan Carlos Reinao, uno de los médicos que ha atendido a los comuneros, advirtió en tanto que el estado de los comuneros es delicado y sostuvo que después de 85 días, "ya debería haber daño irreversible", en su salud.
"Hemos conversado durante el proceso de atención, y nosotros pensamos que desde el punto de vista orgánico ya debería haber un daño irreversible", precisó el facultativo, en declaraciones a radio Cooperativa.
Explicó además que el estado de ánimo de los familiares que se unieron al ayuno es "bastante bajo".
"La mamá de Héctor Llaitul está muy afectada porque cree que a su hijo lo va a ver por última vez, ella esta muy decaída", dijo y añadió que Ramón Llanquileo, que es hermano de la portavoz Natividad Llanquileo, "es el más afectado".

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