



No falta -para ello- recurrir a la imaginación solo basta observar que las calles Latorre, Calama, Chorrillos y otras aledañas cercanas al histórico sector del Bajo Traiguén, literalmente no existen, por el contrario ofrecen arcaicas huellas o senderos por los cuales los vecinos del lugar deben transitar, en invierno lidiando con el barro y el caudal del agua que baja a gran velocidad.
En verano con el polvo piedras y malezas. Es deber ciudadano y de nuestras autoridades en todo su espectro poner atajo a este penoso panorama y no esperar que un nuevo año siga tal cual en este emblemático sector de Victoria.
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