jueves, 7 de enero de 2010

La despedida a Sandro disparó la comparación con los funerales de Gardel y Elvis

Buenos Aires.- La multitudinaria despedida a Sandro generó comparaciones con otros funerales memorables dentro de la historia de los ídolos populares del ámbito nacional e internacional. Carlos Gardel y Elvis Presley fueron los primeros nombres que sonaron.
Los restos de Roberto Sánchez fueron velados en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación, ante una masiva presencia de su público, que hizo colas de hasta trece cuadras para ingresar al recinto. Fueron más de 50 mil personas las que asistieron a las exequias.
Hubo una inmensa cantidad de flores y de asistencia en la caravana que trasladó sus restos hasta un cementerio privado de Longchamps. En su casa de Banfield, miles de fanáticos se apostaron a la espera del cortejo fúnebre.
Los medios del mundo entero recogieron la noticia de su muerte y cubrieron la ceremonia en la que se le dio el último adiós al creador de éxitos como Rosa, Rosa y Tengo.
El funeral de Carlos Gardel se dio en Buenos Aires en 1936. Luego de varios meses de su muerte y tras varios homenajes a lo largo de puertos de todo el mundo, los restos del zorzal criollo pisaron suelo argentino.
La despedida del más famosos intérprete de tangos se realizó en el estadio Luna Park ante una masiva presencia de público. Desde ese histórico recinto hasta el cementerio de la Chacarita, miles de personas acompañaron al cortejo que lo llevó hasta allí.
En las exequias de Elvis Presley, 14 coches fúnebres Cadillacs fueron precedidos por motos policiales que condujeron los restos del cantante hasta el Cementerio Forrest Hill en agosto de 1977. Estiman que fueron 100 mil las personas que acompañaron al cortejo.
El velorio se realizó en la mansión que el artista poseía en Graceland. Allí -del mismo modo que sucedió en Banfield-, los fanáticos se movilizaron para quedarse alrededor de la vivienda que albergó al hombre de las patillas más famosas.
Las similitudes en las despedidas de estos tres ídolos populares fueron varias. Masiva asistencia, enorme cantidad de flores, caravanas inmensas que acompañaron sus restos hasta los camposantos y un profundo pesar del público unieron tres historias de figuras completamente diferentes.

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