sábado, 14 de junio de 2008

Acuerdo educacional: asumir responsabilidades

La discusión sobre el proyecto de Ley General de Educación nos enfrenta a la siguiente, incomprensible, paradoja: que a pesar de expresar su texto el público, solemne y entusiasta acuerdo del Gobierno con todas las fuerzas políticas representadas en el Parlamento, podría ser derrotado por los mismos actores que lo pactaron.
Cabe preguntarse entonces si los acuerdos reflejados en el proyecto son de tan escaso valor, o tan fuertes los motivos para objetarlo, como para justificar lo que a primera vista resulta un desaguisado.
La verdad es que lejos de ser anodino, este proyecto define una nueva institucionalidad para el sistema escolar. A través de distintos organismos, el Estado asume facultades que hoy no posee o cumple insatisfactoriamente en los ámbitos de la fijación de estándares curriculares, la evaluación de los colegios, el apoyo a sus planes de mejora y como garante de la transparencia y efectividad en el uso de los recursos públicos destinados a los establecimientos escolares. A su turno, éstos y sus sostenedores deberán actuar ahora dentro de un marco normativo más exigente, focalizado en la gestión escolar, la calidad del rendimiento académico y la responsabilización por los resultados de su desempeño. En suma, se trata de cambios de la mayor importancia que por primera vez cuentan con un amplio respaldo, se conforman plenamente a la naturaleza mixta del sistema escolar y aprovechan de manera inteligente las lecciones de la experiencia internacional.
Frente a un escenario tan favorable, que permitía suponer una rápida aprobación del proyecto, se ha creado en cambio un clima hostil y confuso que hace posible imaginar su ruina. ¿Existe acaso una alternativa distinta y mejor que reúna el mismo grado de consenso y aclamación? No la hay. Con todo, se alegan algunos motivos para desahuciar el proyecto. Del lado de la oposición se argumenta que dos indicaciones no concordadas, introducidas a última hora por el Gobierno, justificarían el rechazo completo de aquél, pues ellas invalidarían los acuerdos previamente logrados. Una débil excusa, sin duda. Por lo pronto, porque la propia oposición aceptó de inmediato una de estas indicaciones, dando a entender que no hay envuelto aquí un principio sustantivo, sino una cuestión de procedimiento. Enseguida, porque no se entiende que acordado íntegramente un texto no se halle disponible un residuo de imaginación, que es todo lo que se necesita para concordar un artículo adicional.
La segunda indicación nos traslada al lado del Gobierno y sus parlamentarios. Ellos han dado a entender que el riesgo de sepultar el proyecto es un precio que podrían pagar a cambio de dejar testimonio -mediante esta indicación- de su compromiso con la educación pública. Sin duda, debe tratarse de un malentendido. En efecto, el proyecto entero busca reforzar y mejorar las condiciones institucionales en que se desenvuelve la educación pública. Ésta no es monopolio de una categoría de proveedores, sino que se define por el hecho de ser obligatoria, financiada por el Estado, sujetarse a un currículo nacional común y a los mismos estándares de calidad, ser impartida por profesores que reúnen idénticos requisitos de habilitación profesional, hallarse evaluada mediante un sistema común de medición del rendimiento escolar (Simce) y otorgar un certificado, la licencia media, del mismo valor para todos los alumnos. Esta educación es provista por escuelas que poseen diferentes tipos de propiedad y gestión, bajo un régimen plural de opciones, donde el financiamiento por alumno facilita la elección de los padres y la subvención preferencial debe contribuir a la inclusión social. De acuerdo al proyecto en discusión, ella se encuentra sujeta a un estatuto de obligaciones públicas claramente definido y común para todos los sostenedores subvencionados. Luego no hay necesidad de refrendar algo que ya está en la base de esta iniciativa legal. Si por alguna razón se considera imprescindible hacerlo, no sería difícil coincidir en una formulación coherente con los principios que la inspiran. Una hora adicional de trabajo debiera resolver el problema.
En suma, el Gobierno, sus partidos y parlamentarios, y la oposición y los suyos están ante una encrucijada: o aprueban el proyecto acordando las indicaciones que se desee introducir, o bien lo dejan caer y el país deberá asumir el costo de la oportunidad perdida. De ocurrir esto último, se completaría el sinsentido: en vez de aprobar el proyecto por todos convenido, el Congreso terminaría por ratificar la LOCE, una ley unánimemente rechazada.


COMENTARIOS


11 Comentarios publicadosPosteado por:
German Rojas Jimenez
14/06/2008 12:00
[ N° 1 ] Pareciera, don José Joaquín Brunner que la EDUCACIÓN es demasiado importante para dejarla en manos de los Políticos.


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rodrigo gonzález fernández
14/06/2008 12:06
[ N° 2 ] Estas situaciones demuestran y dejan en claro el nivel de la política en Chile. se levantan las manos, se toman de las manos - cual ritual de iniciados- para luego dejarlo todo en nada. Ha quedado como el bochornoso caso de Curepto...se construye un acuerdo para la foto, para la televisión, un acuerdo de tramoya, se usó y se tiró . En efecto, es inaceptable que luego de acuerdos tan estudiados , por mucha gente estudiosa ,tan publicitados, se pretenda introducir modificaciones sustantivas al acuerdo en forma sorpresiva y extemporánea . Esto es, el Gobierno no cumple su palabra en forma arbitraria, inconsulta y unilateral . Entonces, lo en estricto rigor , procede es aprobar lo que se acordó por las partes que concurrieron al acuerdo.
Saludos
Rodrigo González Fernández
www.el-observatorio-politico.blogspot.com


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Arturo Montes Larrai­n
14/06/2008 12:34
[ N° 3 ] Cualquiera paradoja resulta obviamente incomprensible. El texto de José Joaquín Brunner también lo es del todo para mí y para quién no, incluido él. Representa salvo por la última frase un conjunto de palabras gramaticalmente correctas que no dicen nada de fondo y poco de forma. "Ni, ni", eso sí: un malentendido... aquél surgido con tardanza desde la voluntad de presencia. Y paradójico canta el cisne fluvial o lacustre cuya inteligencia se ha secado por el afán del sobrevuelo. Lástima. Pero el hecho más bien costumbrista en estas materias muestra a la prioridad sobre la calidad educativa constituída en un tema de conviveniencia social ¿bien vista? Ya ni siquiera. Las palabras han enmudecido por su deflación cualitativa.


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Gabriel Morales Bello
14/06/2008 12:42
[ N° 4 ] Todos hablan de educación, sin embargo solo corresponden a creencias particulares ya que no existen datos de ¿cual es la realidad de los estudiantes?, mientras exista solo preocupación por la gestion estaremos descuidando lo que en esta caso si importa: las personas, si hasta el retail se ha encargado de identificar y es sabido por todos que en tema de gustos y preferencias existen diferencias. Esto que parece obvio no es siquiera insinuado por la pseudo reformas a la Ley de Educación.
Por otro lado en materia de gestión el proyecto presenta un avance, esta muy lejos de una mejora en serio de la calidad, mirado desde este punto de vista y ni siquiera se requieren mas recursos, sino eficiencia, modernización y "recorte de grasa"


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René González González
14/06/2008 13:18
[ N° 5 ]

1º.- Ud. lideró la comisión prereforma del Pte. Frei. Hoy esa reforma puede considerarse un fracaso, por lo tanto, el fracaso es suyo también.
2º.- Los políticos no alcanzan a comprender (o no quieren entender porque en sus filas hay intereses creados) que se rechaza la LOCE por su carácter espurio y por someter a la sociedad a un sistema educacional regido por el mercado. La loce además, eliminó el concepto de educación pública imperante en el país, concepto de cuño propio y legitimado socialmente. ESO ES LO QUE SE RECHAZA.
3.- La lege por su parte, no cambia esa situación, mantiene el mercantilismo educacional, o más bien lo aumenta, al crear los negocios adicionales de la agencia de calidad, con ella los acreditadores, los evaluadores, los certificadores en servicios externalizados. No basta ponerle mejores regulaciones a los sostenedores. Le resta poder al Mineduc relevándolo de sus funciones más representativas como ministerio, regular, controlar y dirigir las políticas propias educacionales.
4.- No define lo que se entiende por educación pública, haciéndonos creer que la educación con sostenedores privados es educación pública. No confundamos los términos, los colegios particulares se rigen por el código del trabajo (porque en este caso el estatuto parece supletorio y no al revés), los recursos son públicos mientras no los reciben, una vez recibidos son parte de su patrimonio PRIVADO. La gestión es privada, los reglamentos internos son de regimen privado, los profesores no son funcionarios públicos. Entonces ¿Dónde está lo público de la educación particular subvencionada?



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René González González
14/06/2008 13:25
[ N° 6 ] continuo:

5.- La educación particular ha resultado reñida con el sentido democrático del liceo y de la escuela pública de viejo cuño. ¿Dónde está la democracia en la escuela de hoy? ¿Dónde está la transversalidad orientada a forjar los valores democráticos y ciudadanos en la escuela? ¿Por qué se obliga a lo público, la educación municipalizada a competir con lo privado con las leyes del mercado, y se le restan atribuciones para competir en igualdad de condiciones? Si es así, ¿No sería contravenir el sentido de los público?
Esas son las paradojas de la discusión educacional, sólo porque la concertación no es capaz de defender su posición democrática, sometiéndose al poder fáctico de la derecha, sustentado en el sistema binominal.
Eso es lo que los ciudadanos, alumnos, profesores, apoderados requieren de la educación y de la ley. Que nos devuelvan nuestra escuela, donde podamos convivir en paz, libremente, sin sometimientos de ninguna especie y no la usen para preparar sólo a los trabajadores que despúes tendrán que vivir con un sueldo mínimo.

Las responsabilidades hay que empezar a buscarlas en aquellos que han tenido la oportunidad de dirigir las políticas educacionales, ayer y hoy, pero no responsabilicen a los alumnos ni a los profesores en algo que no han compartido y en lo cual no han participado. La mala calidad es resultado de estas políticas y no de los profesores (cuya preparación, también es su resultado)

Por último, no entiendo que la Ministra llame a una comisión para mejorar la educación a los mismos personajes que son responsables del fracaso.
En el tema educacional se requiere de la democracia y de una consulta nacional.





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Ciro Cardenas Aldea
14/06/2008 13:53
[ N° 7 ] El asunto grave es el que Brunner no menciona: la falaz conducta del gobierno de faltar al acuerdo introduciendo una frase orientada a debilitar el recto sentido de las reformas.


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Guillermo Guerrero Rodríguez
14/06/2008 14:01
[ N° 8 ] Extraña resulta y contradictoria la opinión del Sr Brunner, lo que está en juego es el respeto a un compromiso contraído por el gobierno y su coalición política, compromiso que fue violado por iniciativa del gobierno y algunos de sus parlamentarios, maniobra oportunista y politiquera, iniciativa que ni siquiera es tomada en serio ni por los estudiantes ni por profesores en protesta permanente.

El respeto de los compromisos contraídos es la piedra que sostiene de todo el sistema, es una regla que un liberal como el Sr Brunner debería tener más que clara, sin la confianza en la palabra empeñada no hay confianza y sin confianza todo hasta la más mínima colaboración se vuelve incertidumbre.

La sociedad y las relaciones individuales funcionan en base a la confianza. Los contratos, la policía, los tribunales están para el resto de los casos que se asumen como casos excepcionales. Eso lo saben hasta las personas sin ninguna educación, hasta lo que no saben leer ni escribir.

Son el gobierno y la Concertación los que deben asumir las consecuencias de tamaña locura, solo ellos pueden evitarla, lo que no demora ni siquiera un segundo.



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René González González
14/06/2008 14:45
[ N° 9 ] Es fácil hablar del incumplimiento del acuerdo (que representa a unos pocos parece), pero nadie habla de la representatividad real, ni de la sapiencia, ni de lo OCULTO de quienes firmaron acuerdo.


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juan edmundo vega vega benavente
14/06/2008 16:11
[ N° 10 ] Sra. Ministra: aún cuando estoy en completo desacuerdo con su modo de manejar los conflictos que surgen a raíz de la discusión de la LEGE, le sugiero un golpe de Nock Out al demente de Gajardo que por sí y ante sí ha llevado al gremio docente a un paro irresponsable y decrete de un paragüazo "vacaciones de invierno". Hágalo, por el bien de nuestra educación.


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Andres Hoffmann León
14/06/2008 17:08
[ N° 11 ] No es justo, que se responsabilice a la oposición en la situación generada frente a la aprobación de la LEGE. Es obvio, que si se llegó a un acuerdo para despachar la ley, este acuerdo se debió respetar. Lo de ahora no es una discusión sobre el fondo de la ley, es una discusión de si tenemos interlocutores validos para llegar a acuerdos. Es un pésimo precedente en lo que respecta a las posibilidades de avanzar con consenso en cualquier materia.
Desgraciadamente falta decencia.

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