viernes, 27 de junio de 2008

Victoria, en el corazón


En Victoria, han nacido muchas mujeres y hombres emprendedores, innovadores, intelectuales, músicos, académicos, poetas, escritores, comerciantes y profesores entre otros, quienes han llevado el nombre de esta tierra mucho más allá de nuestras fronteras.
Hace unos días me reuní en Santiago con la finalidad de recoger las propuestas de los victorienses que viven allí, ellos reclaman con justa razón, que deberíamos tener un mayor vínculo, que podrían aportar de manera real a generar alianzas, a proyectar nuestra comuna.
Si ellos tienen esa sensación, me imagino los sentimientos de los que viven en Argentina, en Europa, Estados Unidos, Asia o Australia desde donde me han llegado correos, su conclusión es que no nos importan, nunca hemos realizado una acción concreta para agradecer lo lejos que han llegado no solo por vivir en otros países, sino por su desarrollo personal que instala el nombre de nuestra ciudad en otros continentes.
Sin ir más lejos, nuestra historia ha tenido hechos que nos han permitido ser reconocidos a nivel nacional, según me han dicho, la misma Escuela Normal, fue una de las primeras en nuestro país, por el 1900, el desarrollo de la industria con la curtiembre, molinos, bodegas, la vida generada tras el tren y su movimiento, el carácter educativo que se retomó nuevamente con la instrucción de profesores, continuando hasta el día de hoy con la universidad Arturo Prat. También el campo, ha sido importante en generar fuentes de trabajo, fortalecer la economía local, construir una identidad que aún se mantiene en las localidades de PUA, Quino y Selva Oscura, también esta vigente en las comunidades mapuches con sus tradiciones, y lo más importante con nuestra gente.
El desafió es claro, todos y cada uno de nosotros llevamos a «Victoria, en el corazón», nos une, nos sentimos orgullosos de haber nacido aquí, y debemos buscar devolver ese sentimiento que incluso llevan los que viven lejos, es hora de comenzar a construir una imagen de la comuna con el sentido de estrechar vínculos, alianzas y permitir que nuestros compatriotas puedan expresar su gratitud mediante charlas, conferencias, o mediante exposiciones como ocurrió en el verano con la familia Medina y la embajada de Bélgica.
También es un desafío pensar en el Bicentenario, lo he dicho en variadas ocasiones, es tiempo de pensar en el futuro, el pasado ya no es tema, así lo han señalado muchos lideres en la actualidad, nadie que ha tenido oportunidad de hacer promesas en el pasado, puede pretender cambiar su propia historia en el futuro.
Desde hace un año, he invitado a las niñas y niños, a los jóvenes, a los trabajadores, a las jefas de hogar, a los adultos mayores a «Soñar el futuro», ellos me han hecho llegar muchas propuestas, pero el sentimiento que más se ha repetido es el profundo amor a esta tierra y las giras que he realizado, es para hacer realidad aquellos sueños.
Aún es tiempo, de sentarnos a soñar nuestro Bicentenario, ser una comunidad activa en potenciar nuestra historia, pero por sobre todo llevar a Victoria, en el corazón.

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