viernes, 22 de enero de 2010

Casas que siguen navegando por el tiempo

Villarrica.- Parte importante de las historias de los pueblos se guardan en sus construcciones mas antiguas. En el caso de Villarrica, en pleno siglo XXI, aún quedan algunos inmuebles especialmente nobles por su estampa y sus estilos de una época que ya no volverá más.
En un rápido recorrido por la ciudad pudimos encontrar algunas casas que podríamos llamar “patrimoniales” debido a su evidente aporte arquitectónico en una ciudad que se caracteriza, para bien o para mal, por ir renovando sus inmuebles de la zona céntrica con la rapidez del rayo.
Es así como llegamos a la construcción ubicada calle Pedro de Valdivia esquina Aviador Acevedo, en donde se encuentra “La Gran Vía” edificación levantada en el año 1933 y que desde entonces ha recibido a miles de personas de todas las clases sociales, que han llegado a la clásica esquina en busca de alguna prenda de vestir, calzado u otro encargo.
A pocas cuadras existe otra vivienda que también a conservado intacta su original estructura; está emplazada en el frontis de la municipalidad justo en la esquina de Pedro Montt con Pedro de Valdivia, muchos de los antiguos habitantes de Villarrica identificarán este lugar conocido como la antigua “Sueleria” o casa Benner.
Este lugar fue construido el año 1934 y su propietario, Roberto Benner Kustner, llegó a la comuna a la edad de veinte años dedicándose al comercio. Al igual que en la gran vía, acá la atención está a cargo de los dueños y se realiza en un largo mesón.En calle Manuel Antonio Matta existe otra casa novedosa por su antigüedad y bellas formas. Se trata de un inmueble de madera nativa bajo cuyo techo se desarrollaron largas jornadas de discusión política.
Historia aparte son las construcciones que existen en Pedro León Gallo, en donde hay inmuebles que vivieron la época dorada de la ciudad albergando locales comerciales y maestranzas, como los edificios León Gallo y Pedro Montt.
La antigua y tradicional “casa chica” también guarda su estampa y sus historias, en pleno centro de la ciudad. Al interior aún se conservan intacto los mesones y la forma de atención a público que llega a buscar algún encargo que a veces no se pilla en otro lugar.
En el año del Bicentenario de la República se podría empezar a discutir sobre las formas de preservar lo que va quedando de patrimonio arquitectónico en Villarrica si es que se puede llamar así. Hay profesionales jóvenes, incluso de la ciudad, con ideas interesante a este respecto. Seguramente valdría la pena escuchar que tienen que decir.

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