Lonquimay.- Padre y su hija de 13 años abordaron un débil bote inflable, siendo arrastrados por la corriente en la zona de Lonquimay hasta que la embarcación se volcó.El progenitor fue arrastrado por el agua hasta la orilla pero la menor fue desplazada un largo trecho por el torrente hasta lograr aferrarse a unas ramas, por lo que el policía no dudó en lanzarse al agua y la salvó con vida.
Una heroica acción realizó un funcionario de Carabineros que se encontraba de franco disfrutando de un paseo en el río Bío Bío, en plena zona cordillerana de Lonquimay.
Según confirmó la propia institución, se trata del cabo segundo Juan Triviño Miranda, de dotación de la Tenencia Fronteriza de Liucura, quien providencialmente se encontraba descansando en el mismo lugar al que llegó la joven Ana Carolina Sánchez Sánchez, de solo 13 años de edad, en compañía de su familia.
Ambos grupos disfrutaban de un día de entretención junto al río en el sector de la pasarela Lolén, cuando el policía se percató que padre e hija abordaron un pequeño bote inflable para recorrer el cauce, momento en que fueron envueltos violentamente por la fuerte corriente que presentaba el río en ese lugar, lo que provocó que la embarcación fuera arrastrada sin control hasta finalmente volcarse.
Mientras el padre de la niña milagrosamente fue arrastrado hacia la orilla, la menor no tuvo la misma suerte y tal como si se tratara de una muñeca fue desplazada por el fuerte torrente río abajo, logrando aferrarse desesperadamente a la vida por medio de unas ramas que sobresalían del agua, lo que le permitió respirar algunos instantes.
GRITOS DE AUXILIO
En cuanto escuchó los desgarradores gritos solicitando auxilio provenientes de la madre de la menor y de otras personas que se encontraban en el lugar, el carabinero Triviño no lo dudó, se despojó de sus vestimentas y arriesgando su propia vida se lanzó al río con el objeto de rescatar a la niña.
Después de varios angustiantes minutos de dura lucha nadando en las torrentosas aguas del río Bío Bío logró alcanzarla, trasladándola hasta a un lugar seguro y luego prestándole los primeros auxilios correspondientes, para finalmente entregársela a sus padres, quienes no podían contener la emoción, pues creyeron que el río les había arrebatado la vida de su hija.
Este rescate trajo a la memoria de muchos uniformados la trágica experiencia que se registró en la Navidad de 2007, cuando el sargento segundo Claudio Alejandro Muñoz Muñoz, de 42 años y perteneciente a la dotación de la Tenencia de Carabineros de Cunco, murió en el río Blanco, entre los lagos Caburga y Colico, al intentar rescatar a un menor que cayó a las aguas del afluente, lo que demuestra que muchos policías no dudan un instante en arriesgar su propia integridad si se trata de salvar una vida
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