domingo, 9 de mayo de 2010

Llevaba cinco días muerto en sitio eriazo

Santiago.- (Alejandro Salazar y Víctor Saavedra) Fue necesario el sistema de huellas dactilares para su identificación. No había denuncia por presunta desgracia ni persona alguna se había acercado a los medios de comunicación para saber de su paradero.
“Un N.N. fue encontrado muerto al costado de un automóvil abandonado en un sitio eriazo”. La información no sólo daba cuenta de un hecho policial, también dejaba en evidencia el profundo drama de muchas personas que viven en situación de calle.
Más que un nombre, más que un número. José Humberto Aguilar Rutti, 46 años, soltero, vivió sus últimas horas en la más completa soledad, un desamparo que terminó abruptamente hace cinco días. Así lo confirmaba el jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI, Eric Martínez, dando cuenta de la data de muerte de esta persona.
Fue la BH la que se hizo cargo de las diligencias por orden del fiscal de turno. Ayer, cerca del mediodía, el hecho quedó al descubierto en el pasaje Zenteno. La alerta de vecinos y el actuar de la policía. El cuerpo yacía sobre la maleza de un sitio eriazo aledaño a una vivienda. Estaba decúbito dorsal y a escasos centímetros de un automóvil, una armazón de fierros desgastados que sirvió de abrigo durante los últimos días de Aguilar. Al interior de la máquina se hallaron algunos objetos personales, principalmente ropa, presumiblemente del propio fallecido.
En la pericia se pudo constatar que los restos se encontraban en buen estado de conservación y, al menos de manera preliminar, descartar la participación de terceras personas en el deceso.
El jefe de la Brigada de Homicidios confirmaría luego que la muerte pudo deberse a una hemorragia digestiva.
El cuerpo fue levantado por orden de la Fiscalía, siendo trasladado hasta el Servicio Médico Legal. Allí, tras las pericias de rigor, quedará a la espera de ser retirado.

En el Hogar de Cristo
Los antecedentes indican que José Humberto Aguilar Rutti frecuentaba el Hogar de Cristo. Justamente, durante los últimos días se había advertido de su ausencia.
Mientras tanto, los vecinos del pasaje Zenteno aseguran que el sitio eriazo donde fue hallado Aguilar se ha convertido en punto de encuentro de personas sin hogar.
“No lo conocíamos. A veces pasaba a pedir plata y mi mamá le daba algo para comer, pero la verdad es que no sé cómo se llamaba. Era el típico vagabundo que ves en el centro”, comentó Víctor Ampuero, cuyo domicilio está frente al sitio.
Otros vecinos aseguraron que en ocasiones -generalmente en días con clima adverso- llegan varios indigentes para pasar la noche en el vehículo. Ahí beben alcohol y prenden fogatas para capear el frío.
“Es común ver que llegan jóvenes y viejitos a tomar en el auto. Prenden fuego y pasan toda la noche riéndose y gritando. Pero como son varios, no sabría decir si el que murió era el que vivía ahí”, comentó una vecina, quien pidió reserva de su nombre.

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