martes, 7 de abril de 2009

La señorial casa patronal de la hacienda Chufquén en Traiguén

Por Cristian Rodríguez Domnínguez. arquitecto
La hacienda a fines del siglo XIX fue el instrumento económico bajo el cual se pretendió desarrollar una agricultura de avanzada en la Araucanía. De esta manera, una vez ocupados los territorios se adquirieron grandes retazos en remates fiscales, los cuales, hasta ese entonces ocupaba el pueblo mapuche para una actividad económica basada en la ganadería.
Esta hacienda perteneció originalmente a Federico Varela, senador de la República, quién había hecho su fortuna a través de la explotación del salitre, posteriormente lo adquirió la familia Widmer, quienes con el transcurso de los años recibieron una carta de unos supuestos herederos del senador Varela, según lo relató la propietaria Marta Guzmán. La anécdota da cuenta sobre un testamento firmado en la ciudad de Puerto Varas, para dilucidar el caso, lo tomó el abogado Arturo Alessandri Palma, Presidente de la República años más tarde, este documento fue impugnando, por cuanto el senador Varela aparecía el mismo día en una foto con el diario El Mercurio de Valparaíso bajo el brazo, por lo que se dedujo que no era posible que estuviera en Puerto Varas.
La edificación se encuentra ubicada en la comuna de Traiguén, sobre una ligera colina que domina el valle circundante. Sus características son similares a las de la zona central, con un corredor perimetral, un patio interior, ahora transformado en jardín y una planta cuadrada evocan aquella imagen, salvo la fachada propia de la zona sur, la tabla machihembrada dispuesta de forma vertical.
Adyacente al corredor que recorre sus tres caras se encuentra un hermoso jardín donde están dispuestas de manera ordenada rosas, tulipanes y claveles, enmarcados por caminos de maicillo y veredas de adoquines que dan forma a una especie de plaza central donde convergen los galpones y bodegas, como la escuela y casas de los inquilinos.
El conjunto se organiza a través de un espacio central jerárquico donde convergían todas las actividades propias de la hacienda como bodegas, galpones lo que le confería vida durante el día y principalmente en el periodo de cosecha. La casa principal ubicada en el sector noroeste, sobre una ligera colina desde donde se dominaba el paisaje circundante presenta un acceso especial al final del camino. Esta casa patronal en su fachada al jardín conserva la expresión original con sus volutas, en tanto, las otras alas han ido sufriendo modificaciones con el paso del tiempo, es así como en la década de los 60, se realizó la ampliación de la cocina, cerrando con este volumen el patio interior donde convergían los carruajes, transformado ahora en un hermoso jardín donde confluyen dos viviendas. La simetría característica está resaltada por la puerta principal coronada por un arco de medio punto.
La gran mayoría de las haciendas definía el espacio propio de la casa principal mediante una reja de fierro forjado y un portón con motivos artísticos que recordaban la ascendencia de la familia. En Chufquén ocurre lo contrario, la casa principal es parte de un gran patio donde se aproximan todas las actividades. A este, circundado por calles de adoquines se han ido sumado edificaciones con el correr del tiempo lo que definió su carácter de plaza en el campo.
Por sus longitudinales corredores caminaron decenas de hombres esbozando el poder económico que obtuvieron gracias al trigo, y que estas casas guardaron celosamente en cada tabla, en cada pilar y que son un mudo testigo de una parte importante de la historia de la Araucanía.

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