Propietario de predio angolino dice vivir un calvario ante constante amenaza mapuche

Angol.- Como Lorenzo Alex Curipan Levipan, fue identificado el comunero detenido ayer durante un operativo realizado por Carabineros para desalojar el fundo San Sebastián, ubicado en las cercanías de la Colonia Manuel Rodríguez.
El indígena aparentemente participaba de la usurpación que se sostenía desde la semana pasada y cuando la policía ingresó, debió utilizar gases lacrimógenos, no informándose sobre personas lesionadas.
El fundo San Sebastián ya había sido escenario de violentos enfrentamientos en agosto de este año y donde falleciera el comunero Jaime Mendoza Collío, tras otro desalojo que efectuó la policía.
El propietario del predio, Sergio González Cortés, relató que él y su familia están viviendo un verdadero calvario ante las constantes amenazas de atentados y el temor a ser blanco de disparos por parte de mapuches que permanentemente los acechan.
CHALECOS ANTIBALA
“Me siento atacado, desmoralizado y desamparado porque trabajamos toda una vida junto a las comunidades. (…) El clima que estamos viviendo es tremendo, Imagínese que Carabineros tuvo que pasarnos chalecos antibala hasta para mis niños”, afirmó González, destacando el clima de terror que vive en forma permanente.
El agricultor comentó que debe haber alguna entidad que financia el movimiento mapuche, ya que la parece muy extraña la movilización de tantas personas desde otros lugares y sólo para realizar las ocupaciones y los atentados. “Carabineros debe dormir dentro del living de nuestra casa, esto es cierto y en este minuto nuestro predio está tomado”, relató.
Consultado respecto a si está dispuesto a vender su predio ante los reclamos de las comunidades que lo ocupan reivindicando derechos ancestrales sobre las tierras, contestó que “si un ladrón entra a tu casa, ¿dialogarías con él?”, y agregó que su familia lleva una permanencia de más de 100 años en las tierras, por lo que le parece absolutamente irracional que ahora intenten quitárselas por la vía violenta.
“Me vine desde Santiago a mi ciudad (Angol) para tener una buena calidad de vida, pero ahora no puedo ni siquiera salir a caballo dentro de mi propiedad porque me puede llegar un balazo. Si hasta andan tipos a caballo en mi campo, con escopetas al cinto”.