SANTIAGO.- La Corte Marcial de Chile sentenció a dos generales retirados -uno del Ejército y otro de la Fuerza Aérea- por su participación en el tráfico de armas a Croacia a comienzos de los 90, confirmaron hoy fuentes judiciales.
El cargamento, con el rótulo de "ayuda humanitaria", fue interceptado el 1 de diciembre 1991 al salir de Hungría con destino a la entonces Yugoslavia, concretamente a Croacia, afectada en ese momento por el embargo de la ONU a la venta de armas debido a la guerra en los Balcanes.
El general retirado del Ejército Guillermo Letelier, ex director de la Fábrica de Materiales del Ejército (FAME), y Vicente Rodríguez, general retirado de la Fuerza Aérea de Chile, recibieron una condena definitiva de tres años y un día.
Los dos militares ya habían sido sentenciados en enero de 2008 por un juez civil a 5 años y un día de cárcel, en un proceso que involucró a otros cuatro oficiales retirados y a un civil.
El 12 de agosto de 2008, la justicia chilena procesó a cinco oficiales del Ejército, entre ellos tres generales, por el presunto homicidio del coronel Gerardo Huber, ligado también al tráfico de armas a Croacia.
Huber, que era jefe de adquisiciones de Logística del Ejército, fue encontrado muerto en un río con el cráneo destrozado el 20 de febrero de 1992, tras permanecer desaparecido durante un mes y después de haber declarado ante la justicia por el tráfico de armas a Croacia, prohibido por Naciones Unidas.
El juez Claudio Pavez, en su dictamen que basó en más de 60 presunciones fundadas, procesó como supuestos autores del homicidio calificado de Huber a dos ex jefes de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), los jubilados generales Víctor Lizárraga y Eugenio Covarrubias.
También al ex director de Logística del Ejército general Carlos Krumm y al ex jefe del Batallón de Inteligencia (BIE) Manuel Provis y, como encubridor de los hechos, al coronel retirado Julio Muñoz.
Huber, que por su cargo conoció datos y situaciones que comprometían a generales de su institución, se sintió acosado y se refugió en la casa de un amigo en la localidad de San Alfonso, en el cajón del Maipo, al sureste de Santiago, estableció el juez en el texto del auto de procesamiento al que tuvo acceso Efe.
Según los antecedentes, Huber salió de la casa donde se había refugiado mediante engaños y llegó hasta el Puente el Tollo, sobre el río Maipo, lugar donde fue asesinado.
El descubrimiento del contrabando de armas, un cargamento de 11,5 toneladas de material bélico chileno valorado en más de 200.000 dólares, generó investigaciones internas en el Ejército y en el ministerio de Defensa de Chile.
Dichas indagaciones aclararon la participación de oficiales de la Fábrica y Maestranzas del Ejército chileno (FAMAE) y de la Fuerza Aérea.
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