domingo, 26 de abril de 2009

Edificios abandonados, basurales y sitios eriazos "El rostro de una Victoria desmaquillada y sin ánimo por reinventarse"

Victoria.- No hace falta haber nacido en esta tierra, para no demostrar un grado de cariño por ella, por lo mismo verla sufrir con los embates de cesantía sobre su gente, o certificar el cierre de locales y empresas, pero más aún no solo duele sino que molesta apreciar el actual abandono que muestran distintos sectores populares e incluso históricos de la comuna. Basta recorrer un poco sus calles para apreciar que lo que se dice tiene su asidero.
Avenida Libertador Bernardo O´Higgins
La comuna en su acceso principal, por avenida O´Higgins, ya muestra una realidad que dista mucho de su nombre. Los terrenos baldíos utilizados frecuentemente para albergar la llegada y funcionamiento de circos y entretenciones mecánicas, es el gran lunar que ofrece la ciudad. Trasformándose en todo un desafío y tema pertinente para las privilegiadas mentes de esta comuna, quienes junto a sus propietarios debiesen darle un giro sustancial a su actual condición de abandono y desertificación. Un poco más acá, ya en pleno centro de la ciudad, precisamente en calle Angamos. Victoria cuenta con su propio “elefante blanco” al contar con un tremendo edificio que alguna vez fue concebido para concentrar y ordenar el disperso tráfico de buses interprovinciales. El lugar presenta igual abandono y desprecio por la comunidad. No resultaría descabellado que las autoridades y el propio particular -dueño de la propiedad- acordaran darle un destino apropiado y acorde a las necesidades de los vecinos. Mal no resultaría el poder reunir a los artesanos locales en las otrora boleterías, quienes podrían trabajar unidos, ofrecer sus productos y realizar variadas muestras con el fin último de una vez por todas otorgarle una identidad a Victoria, sobre quien pesa el estigma de ser reconocida muchas veces por cosas negativas más que por las buenas obras de sus vecinos e instituciones. Nuestro andar se detuvo en la Plaza Presidente Balmaceda, precisamente en la bifurcación de calles Calama y Lagos, mientras fotografiábamos el ex teatro de variedades de Victoria, la gente se nos acercó para contarnos que extrañaban el pasado glorioso de la hoy inerte mole, la cual hasta el presente luce añeja propaganda política. ¿Qué hacer con ella? No basta con pintarla. No. Las autoridades locales y quienes quieren rescatar el pasado arquitectónico de la ciudad debieran concertarse y luchar por hacerse del edificio a favor de toda la comunidad. Recurrir por ejemplo a Bienes Nacionales o tal vez a las unidades de Gobierno que van en rescate del Patrimonio Histórico y Arquitectónico del país o postular su recuperación a alguna Fundación. Solo falta empeño y creatividad. Mucho aportaría y realzaría a Victoria el poder contar con un Teatro Municipal el cual se sumaría en cierta forma a lo que ofrece el propio Temuco, transformándose de paso en una estación más en la cartelera de espectáculos nacionales.
Giro
Luego de la citada esquina giramos por la misma calle Calama hasta calle Ramírez. Victoria no puede darse el lujo de tener un sitio casi eriazo y sin destino definido en frente de su plaza principal. (Los dueños de la citada propiedad firma Heise Reyne,hicieron un gran esfuerzo para levantar en dicho sitio un edificio de más de 10 pisos; mantuvieron la propaganda por un año in situ, sin que lograran el objetivo porque no se alcanzó la cota de interesados por adquirir sus departamentos, que se ofrecía a todo confort y servicio de la más diversa índole. Valoramos el esfuerzo). Nuestro andar continuó, transcurriendo esta vez por la vertebral avenida Prat hacia el norte. El panorama no es distinto. Existen varias propiedades en el más absoluto abandono. Sin ir más lejos en una de sus esquinas -en donde antaño funcionó una fábrica de cecinas- el terreno es propicio para albergar a antisociales quienes aprovechan las antiguas edificaciones para cometer sus más variados ilícitos, más aún con el amparo que ofrece la noche. Siguiendo al norte, el rostro de la ciudad se desdibuja al enfrentar los terrenos del estadio y media luna, literalmente convertidos en un basural y lugar de encuentro para el deleite de los bebedores, lo que queda en evidencia al advertir una gran cantidad de envases de licor y la no menor presencia de basura bajo la marquesina del recinto en donde se “corre” el principal deporte nacional: el rodeo. ¿Qué nos está pasando? ¿Acaso Victoria se está durmiendo? No molesta, duele de verdad presenciar estos focos de abandono y suciedad, sobre todo en una comuna que se dice culta y respetuosa. El acceso al cementerio da que hablar, cada deudo debe bajar la cabeza no solo por el dolor que lo acongoja sino además al apreciar la gran cantidad de rayados y graffitis en las paredes aledañas a la “vía dolorosa” como llamamos a la vía que accede al camposanto. No están ausentes los grandes forados en la muralla que da al cementerio y que invita al malhechor a cometer fechorías dentro.
En la periferia la realidad no cambia. Rumbo al oriente, en calle Chorrillos esquina de Ramírez existe un tremendo lunar, se trata de un sitio abandonado el cual ni siquiera ofrece un cerco tal como lo exige la ley. Lugar propicio -y que advertimos- se transforma en un verdadero baño público para los descriteriados que a plena luz del día y en horas de alto tránsito peatonal optan por vaciar su vejigas en sus abandonados murallones divisorios. Qué decir del paso peatonal contiguo a la vía férrea. Un asco. Las Noticias ya lo expuso en su sección de denuncias fotográficas, pero ¿solución y reparo alguno? Nada de eso. Más aún por la noche en que el pasillo no ofrece iluminación y es utilizado además como vertedero de todo tipo de desperdicios. Terminamos apenados nuestro recorrido -sin ánimo ya de continuar para encontrarnos con algo mayor- graficando lo que ofrece el edificio del ex supermercado Supercenter de calle Lagos esquina de Chorrillos. Igual suerte. Abandono, foco de indigencia e inseguridad, más aún al ofrecer sendos vidrios quebrados en sus ventanales los que fácilmente se pueden transformar en armas de ataque a favor de los delincuentes que transitan por el sector cercano a la estación de trenes. Por lo tanto es menester que nuestras autoridades tomen cartas en el asunto y en colaboración de toda la comunidad cambiarle el rostro a Victoria. Esto debe ser transversal a todos los sectores, nadie puede restarse y solo así podremos rescatar el alicaído semblante de una Victoria que luce derrotada al contar con las “manchas” aquí expuestas. Estamos a tiempo y solo falta aunar criterios y voluntades para alcanzar una meta que nos atañe a todos

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