jueves, 5 de abril de 2012

Nada nace por generación espontánea

Victoria.- (Juan González Almeida, Ex Alcalde de Victoria) Con agrado, hemos observado como también otros candidatos a alcaldes de la zona, han manifestado su intención de elaborar un programa de gestión municipal, para sus futuros mandatos como primeras autoridades comunales. Difieren en la forma como elaborarlos, pensando algunos que es adecuado su elaboración a puertas cerradas, con la colaboración de expertos, para posteriormente ser legitimados ante la comunidad. En nuestra opinión los expertos en saber cuáles son sus demandas son precisamente los demandantes, es decir la ciudadanía toda. Debemos confiar en el buen criterio de las personas y respetar su opinión, solo así se puede legitimar una acción pertinente a las verdaderas inquietudes y necesidades del Pueblo. Eso es gobernar o administrar para el Pueblo. Es fácil arrogarse representaciones solo por el hecho del nacimiento en determinado lugar, “Soy el alcalde del pueblo”. Lo difícil e importante es ganarse el cariño, el respeto de la ciudadanía con el trabajo tesonero en procura de mejorar sus condiciones de vida. Debemos entender que el Pueblo no solo necesita farándula y entretención. La ciudadanía merece que se le considere en toda su valía, como seres dignos, pensantes y no solo como un rebaño ávido de pasatiempos. A pesar de lo que sostienen los que aún están en el pasado, como la primera autoridad de la comuna, en el sentido que Ellos, los superiores, saben lo que quiere la Gente, e impulsan solo eventos y actividades pirotécnicas o atraen recursos insuficientes para la compra de aparatos de entretención al aire libre, que por su poca cantidad no tienen ningún efecto en la práctica deportiva, la gente quiere y necesita ser escuchada en forma organizada, toda vez que es la única manera de conseguir resultados ciertos. La mejor muestra de ello es el esfuerzo, sacrificio y empeño que la ciudadanía pone en los comités de vivienda, pavimentación participativa, proyectos de actividades del adulto mayor, y tantos otros que dan muestra de la importancia de “La Participación” y no de la “Imposición”, en el logro de resultados. El desarrollo sustentable pasa por el desarrollo integral de las personas y sus derechos dicen relación con un bienestar en todo sentido. En Victoria hay muchos de sus hijos que tienen la misma condición de nacimiento que la primera autoridad local y por tanto son dignos de ser llamados representantes del “Pueblo” y están dispuestos a jugársela por Victoria y su Gente, para ganarse la legitimidad del nombre, con verdadero trabajo en su favor y las demandas tan necesarias para la comuna. Es lamentable escuchar al alcalde enunciar públicamente “Yo no he heredado nada”, desconociendo el sacrificio de su esforzada familia en su formación y sustento. La generación espontánea no existe. Todo tiene su causa. Si desconoce su pasado debe ser porque se avergüenza del mismo. Apena ver como involucra a su apreciada familia en el tema político. Desconoce el código de caballerosidad que impera en las relaciones de adversarios políticos y cada vez que puede la involucra, así como, se refiere a la de los demás tratando de estigmatizarla por razones que le son ajenas y desconocidas. El haber heredado algo no es un pecado. La mayor y mejor herencia es la de la familia. La educación lograda en el seno de la misma, al margen de si nuestros padres tuvieron la oportunidad y posibilidad de darnos una educación superior. Lo importante es lo que logramos en nuestra formación como personas y en el trato con los demás. No hay dudas que es importante ser cercano a la gente, pero a esta hay que respetarla a toda por igual. En todo caso, siempre queda la duda de lo que verdaderamente hemos heredado, toda vez que sin haber tenido nunca ocupación útil demostrable, es difícil alcanzar ciertos niveles de fortuna. Bueno, en realidad, en nuestro país hay muestras que en pocos años algunos se han enriquecido de la nada, a diferencia de otros, que lo poco o nada que tienen lo han logrado con su “Honesto Trabajo”. Una autoridad responsable y realmente preocupada de toda la ciudadanía, organiza eventos de celebración aniversario para todos ellos y no discrimina en ninguna forma. Eso es lo tradicional. Espectáculos que privilegian los talentos locales y la participación de la mayoría. Gratuitos para todos y sin aprovechar la instancia para promover el personalismo e indicar que la invitación es personal, como ocurrió con las entradas gratis al mentado circo, al que no pudieron asistir miles de niños y adultos por no tener los recursos suficientes y haber sido discriminados por la selección a dedo realizada para otorgar el beneficio. Los alcaldes son para toda la ciudadanía por igual, no solo para sus prosélitos.

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