martes, 29 de abril de 2008

Los nuevos rostros del trabajo; desafíos, éticas y responsabilidades para la acción colectiva

La preocupación de la Iglesia sobre el trabajo y los trabajadores se relaciona con que es un elemento vital que otorga sentido al sujeto y configura gran parte de sus relaciones sociales. Para algunos constituye la más importante fuente de realización personal; para otros sin embargo es la principal vía para asegurar la subsistencia familiar.
En la conmemoración de un nuevo día del trabajo la Iglesia de Temuco quiere invitar a la comunidad regional a sentirse parte activa de las organizaciones de trabajadores y también de otros nuevos rostros que representan al mundo de los y las trabajadoras
Los obispos de Chile en los últimos días han manifestado con fuerza su preocupación por el clima laboral que se está creando en el país, emplazando al dialogo y la búsqueda de caminos para la paz.
Según han declarado, el problema de fondo en la sociedad chilena en el campo laboral, "son los grandes desequilibrios económicos y sociales existentes en el mundo del trabajo y que se han de afrontar estableciendo la justa jerarquía de valores y colocando en primer lugar la dignidad de la persona que trabaja".
En ese sentido afirman que si queremos que exista paz social, "es preciso elegir entre la lógica del lucro como criterio último de nuestra actividad y la lógica del compartir y de la solidaridad".
En este contexto los sindicatos requieren observar críticamente su propia accionar y también las nuevas realidades sociales en las que están insertos. Detectar las claves que la sociedad está asignando al trabajo y a los trabajadores es parte de su misión.
Hoy los trabajadores se encuentran territorialmente dispersos, con poca identidad respecto del sector social o laboral al que se adscriben y centrados más bien en procesos individuales de inserción, acumulación y endeudamiento.
Es necesario conocer los nuevos rostros del trabajo y también los nuevos caminos para la solidaridad y el asociativismo. Es cierto que hay un gran debilitamiento de las representaciones colectivas de los trabajadores, pero también es cierto, que hoy lo colectivo necesita más que nunca organizarse para imponer un nuevo orden social, centrado en la dignidad de las personas y su desarrollo humano.
Esta fecha es una invitación para pensar nuestro país y nuestra comunidad regional como un espacio en construcción que debe destacar la dignidad de las persona, el acceso a una vivienda digna, a una educación de calidad, una salud apropiada y un trabajo decente

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