sábado, 31 de marzo de 2012

Un gran señor de Victoria nos ha dejado

Victoria.- (Juan M. González Almeida, Ex Alcalde de Victoria)lgunos definen la Vida como un paréntesis de Luz entre el nacimiento y la muerte, dándoles un significado a la trascendencia, de acuerdo a sus particulares creencias, hacia una “vida superior”, por medio del Alma inmortal o hacia la nada material, de acuerdo a la máxima, polvo somos y en polvo nos convertiremos.
Nadie es dueño de la verdad. Lo que sí sabemos es que la hora del último respiro nos ha de llegar. Algunos miran este momento con temor, especialmente a lo desconocido de no saber hacia dónde vamos. La conciencia al retrotraernos al recorrido de todo nuestro pasado, puede jugarnos una mala pasada y mostrarnos mejores o peores de lo que realmente hemos sido y por tanto, quizás merecedores de algún castigo.
El Hombre de bien. El Hombre Justo. Honesto a cabalidad. Recto. Solidario. Bondadoso, amante de su prójimo, entendiendo a este como todos por igual, NO tiene nada que temer. Al igual como transito sin miedos por la Vida que le tocó vivir, va al encuentro de su destino mortal, con la seguridad del Deber Cumplido.
En fecha reciente, por medio de la prensa local, nos hemos informado de la infausta noticia del sensible fallecimiento de un connotado ciudadano de Victoria. Don GERMAN EBBINGHAUS TRESKOW, acaecido en la ciudad de Santiago a los noventa y dos años de edad. Los que tuvimos la suerte de conocerlo, no podemos dejar de tener un profundo sentimiento de pesar por la irreparable pérdida de un Ser Querido, pero, al mismo tiempo, albergamos un sentimiento de tranquilidad, de conformidad, incluso me atrevería a decir de cierta felicidad, al tener la certeza que viaja por los ignotos senderos de la eternidad, en la paz de espíritu de saber que en vida, fue “Un Hombre de Bien”. Don Germán, fue propietario de un predio de la comuna de Victoria, de características ganaderas con especialidad en lechería, lo que lo llevó a participar activamente, en cargos directivos en la Cooperativa Lechera, que agrupaba a los productores de la zona. Tanto en el cargo de Presidente de la misma, como en su quehacer en el manejo directo de su predio, demostró cualidades de bonhomía. De comprensión. Hombre sincero. Dentro de su Porte imponente, resaltado por el uso de altas botas de montar, era un Hombre sencillo. Afectuoso y generoso con sus colaboradores. Nunca un improperio. Bien educado, a la usanza europea, antigua, pero gratamente adornada por la bondad del chileno del sur, por la modestia de saberse digno representante del Campo Chileno. Amante de los animales a los que cuidaba con esmero. Trabajador como buen descendiente de alemán. Con visión de presente y de futuro, siempre preocupado de los últimos adelantos tanto para su predio como para la industria en la que participaba. En buenas cuentas Un Gran Señor nos ha dejado.
Don Germán, descansa en Paz. Los afortunados que pudimos compartir su vida laboral, así como de la convivencia fraterna, que nos permitió gozar del privilegio de su distinción y amistad, solo podemos tener un emocionado sentimiento de gratitud, a un Hombre que con su ejemplo nos dejó un hermoso legado.

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