miércoles, 23 de julio de 2008

El jarrón de agua y la calidad de la educación


La mejor prueba de la mala calidad de la educación fue la inaceptable falta de respeto de una estudiante que arrojó un jarrón con agua a la Ministra de Educación, cuya capacidad todos reconocemos en La Araucanía.
Más grave fue la reacción del Presidente Nacional del Colegio de Profesores quien justificó esta conducta.
Los gobiernos de la Concertación han aumentado de mil a seis mil millones de dólares los recursos para la educación. Sin embargo, la calidad no mejora. El 40% de los niños de cuarto básico no sabe ordenar los números del 1 al 100 y no son capaces de comprender un texto tan básico como la Caperucita Roja.
Por lo mismo, resulta incomprensible la oposición de dirigentes gremiales y de parlamentarios de la Concertación al acuerdo sobre Ley General de Educación. Su objetivo es precisamente mejorar la calidad. Para ello se crea un Consejo Nacional de Educación autónomo, que fija las bases curriculares y los planes y programas de estudio; la Agencia de la Calidad, cuya función es identificar y apoyar a los establecimientos de mal rendimiento; y la Superintendencia del ramo que debe fiscalizar el correcto uso de la subvención, y recibir los reclamos de la comunidad educativa

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