domingo, 16 de octubre de 2011

¿VOLVER O NO VOLVER A CLASES?

Santiago.- (Gabriela Pantoja Álvarez, Asistente Socia) Esa es la pregunta que hoy divide a los chilenos. Son muchos los estudiantes universitarios que han dicho a sus padres, a Chile entero, que no quieren ver hipotecado su futuro en pos de una Educación Superior que no garantiza para ellos ni un buen empleo ni siquiera la posibilidad de pagar la gigantesca deuda bancaria que cargarán sobre sus hombros cuando salgan al mercado laboral.
Los secundarios por su parte, reclaman por la calidad de la educación que reciben, por un sistema de administración de la educación pública que hace agua por muchos lados y que se refleja en pobres resultados académicos para los alumnos de comunas pequeñas y con escasos recursos y buenos resultados para los que asisten a colegios municipales de comunas poderosas, como Providencia o Las Condes.
Hoy se ha develado para todo el país y para la opinión publica internacional, la realidad del sistema educativo chileno, inequitativo y reproductor del círculo de la pobreza. El Presidente de la República Sebastián Piñera lo dijo en Naciones Unidas: “Los estudiantes chilenos se movilizan por una causa noble y justa”. Efectivamente, es noble y es justo que todos los chilenos tengan iguales derechos y que se proteja el derecho básico a la educación, la no discriminación, la verdadera igualdad de oportunidades, en donde no sigamos viendo cómo “el baile de los que sobran” crece día a día.
Chile necesita un sistema educativo que responda a las necesidades de sus habitantes y a los desafíos del mundo de hoy. Para ello, hay que reunir capacidades, recursos, conocimientos en el sistema público, de modo de garantizar la “igualdad de oportunidades”. Tal vez la mejor propuesta que se ha planteado es la conformación de Corporaciones de Derecho Público que reúnan y concentren los esfuerzos en cada Región, evitando el desperdigamiento que hoy hace que se repliquen en cada comuna, chica, mediana, o grande, pequeños “Ministerios”, en donde muchas veces faltan no sólo recursos, sino también competencias para gestionar la educación con una mirada de largo plazo, con visión de país. La solución del problema es la conformación de esos organismos, trabajando codo a codo con las Secretarías Regionales Ministeriales, las Direcciones Provinciales de Educación, y las Direcciones de Administración de educación Municipal, DAEM.
Entonces, en ese contexto ¿qué hacemos todos para volver o no volver a clases? La fuerza demostrada, la convicción y la decisión de los jóvenes, ha sido peligrosamente ignorada por el gobierno. Se está desdeñando una oportunidad histórica para dar tranquilidad y proyección de estabilidad al país. Cautelar sacrosantamente el lucro no puede tener ese precio. Hoy es tiempo de volver a pensar en la igualdad, en la equidad, en la calidad de la educación que requieren nuestros niños y jóvenes, especialmente los más vulnerables que son la mayoría, y que por sobre todo requiere el país si verdaderamente queremos cumplir con los 12 años de escolaridad comprometidos y con una puerta que se abra al desarrollo y no al descalabro.

No hay comentarios: