lunes, 21 de julio de 2008

Se acalló la Voz


Miguel Zavala Paxes, «La Voz», como yo le llamaba admirativamente, por ese tono de voz microfónico privilegiada de que hacía gala en cuanto acto le fuere solicitado su intervención para anunciar programas, realizar entrevistas o simplemente entretener a los auditores.
Mientras los demás nos ayudábamos de amplificadores para poder llegar a más gente, Miguel con su tono poderoso llenaba fácilmente los ámbitos por lo que era merecido fuera llamado «La Voz», así como la naturaleza le dio ese don que era único en él.
Profesor de educación general básica se desempeñó por años en Escuelas de Traiguén y del campo hasta en su triste final, tan sentido por cuántos lo conocieron. Yo, además de compartir con él labores radiales tuve la última oportunidad de escuchar su notable voz en un acto de la Casa de la Cultura, con su sobria, serena y llena voz, de la que no hacía gala por que él sabía que así le brotaba; natural y llena, por lo que su presencia e intervención le era frecuentemente demandada.
Funda la 4ª Compañía de Bomberos
Miguel Zavala, en algún período de su carrera debe haber sido profesor en la Villa Quilquén, donde por encargo de Bomberos traigueninos debe haber abordado la misión de aportar esfuerzos y entusiasmo para crear una Cuarta Compañía de Bomberos en la importante Villa y concitando intereses y entusiasmo logró lo que le pedían, tanto en Traiguén como la propia Quilquén, surgiendo la «Rehue» o Cuarta Compañía de Bomberos de Traiguén, fortaleciendo de este modo el Cuerpo de Bomberos.
El interés, tesón y esfuerzo puestos por Miguel Zavala dio frutos. Otros vecinos de Quilquén siguieron sus afanes y hoy la Cuarta dispone de Cuartel y dependencias necesarias, propias de una Compañía y los habitantes se sienten orgullosos de ella.
Imprevistamente dejó la ciudad para trasladarse de nuevo al medio rural para servir mayor horario, pero aquejado de un terrible mal. Sabíamos de la seriedad de su enfermedad y del aspecto que esta provocaba en él y de su valerosa lucha con que él la enfrentaba.
Interiormente deseábamos no encontrarlo para no presenciar los estragos que el mal que le causaba. Hace unos años nos llevó en su taxi al estadio y nos confidenció que su postulación a crear una radio en Traiguén no había sido acogida para su ciudad, pero sí en el sur lo que lo hizo desistirse de ir a otra ciudad, no sabiendo si su decisión había sido acertada.
Don Miguel aún no está en edad para jubilarse y servía labores docentes en la Escuela Nº 1 hasta caer gravemente enfermo y despedirse de la vida y de su ciudad a la que amó y supo servir, esta misma ciudad que la fría tarde de hace ya varios domingos pasados le despidió conmovido por lo que «LA VOZ» le entregó.

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