lunes, 14 de julio de 2008

Arrate llama a cambiar la semidemocracia y país desigual en lanzamiento de libro de Luis Corvalán

El abogado y exministro Jorge Arrate apoyó este miércoles una de las tesis del libro "Los Comunistas y la Democracia", de Luís Corvalán, en la que el autor plantea que es necesario aunar esfuerzos para impedir que el "contubernio" entre sectores de la alianza de gobierno y los partidos de derecha perpetúen una democracia incompleta y un país extremadamente desigual.
Este esfuerzo "requiere de un conjunto de acuerdos básicos, de largo y corto plazo, es decir un proyecto, de contenido exigente, pero creíble y realizable", dijo Arrate en la presentación de este libró la tarde del miércoles en la Central Unitaria de Trabajadores, CUT.
El ex ministro además apoyó los postulados de Corvalán respecto al histórico y permanente "aporte democrático de los comunistas y la convocatoria a una lucha unitaria por construir otro Chile".
A la sede de la CUT llegaron unas 500 personas a escuchar la presentación del libro que estuvo a cargo, además de Arrate, por el presidente del Partido Comunista, Jorge Tellier y el autor, el legendario dirigente comunista, Luís Corvalán.
En la ocasión los tres políticos coincidieron en la necesidad de terminar con la exclusión política y terminar con el actual sistema binominal de elecciones parlamentarias. A esto último se había comprometido también el candidato presidencial de la derecha, el empresario Sebastián Piñera, pero no cumplió con sus palabras.
Frente a esto, Arrate recordó que "tras dieciocho años, la derecha una vez más reniega de sus compromisos. Así ocurrió después de 1989 cuando se comprometió a suprimir los senadores designados, así ocurrió con el voto de los chilenos en el exterior, así ha sido con el sistema electoral".
DEMOCRACIA INCOMPLETA
En su presentación Jorge Arrate afirmó que la transición chilena ha sido quizá la más compleja de su género, "con Fuerzas Armadas que no fueron derrotadas militarmente, con una dictadura unipersonal tipo Franco u Oliveira, con un movimiento popular diezmado por las desapariciones y los asesinatos, y con un dictador vivo".
Sin embargo agregó que "el balance de dieciocho años es bastante claro: el país es mejor que el que legó la dictadura, la Concertación ha sido mejor que eventuales gobiernos de derecha, los gobiernos de la Concertación han estado lejos de las metas que se impusieron a sí mismos y que comprometieron con la ciudadanía".
El resultado de estos 18 años afirmó Arrate "es una semidemocracia o democracia incompleta y una sociedad alarmante y crecientemente desigual. Las últimas cifras internacionales ubican a Chile entre los doce países más desiguales del mundo".
LA CONCERTACIÓN SE CERRÓ
El ex presidente del Partido Socialista además recordó que "la Concertación nunca fue concebida como un pacto para excluir a ningún partido democrático".
Pero en vez de abrirse a que se integren otros sectores, "la Concertación tendió a cerrar sus deslindes y luego a internalizar su existencia, sus partidos a oligarquizarse y fraccionarse en grupos consolidados".
Entonces, "la exclusión comenzó a naturalizarse, junto con el sistema binominal, con la configuración de distritos y circunscripciones, con los consensos con la derecha, que de necesidad devinieron con el correr del tiempo en virtud. Hasta hoy".
NECESIDAD DE UNA NUEVA FUERZA
Arrate recalcó el planteamiento de Luís Corvalán que afirma que "es el momento que los Partidos de la Concertación asuman posiciones concretas a favor de la democracia y no sigan favoreciendo a la llamada Alianza por Chile, el contubernio derechista que busca adueñarse por completo del poder".
Respecto a esto, el ex ministro recordó que "la Constitución negociada y promulgada en 2005 por el Presidente Lagos y el Ministro Insulza, fue una manifestación mayor de la primacía de los consensos con la derecha por sobre los programas de la Concertación. Fue presentada como una 'nueva Constitución', si bien nunca ha sido sometida al veredicto ciudadano, salvo cuando el propio Pinochet lo hiciera en el plebiscito brujo de 1980".
Ante este y otros ejemplos, Jorge Arrate afirmó que "la Concertación tiene un motor que funciona apenas pero sus directivos piensan que es eterna, que se fundó para nunca cambiar, renacer, reencarnarse o simplemente morirse".
"Sinceramente –dijo Arrate-, no creo que a estas alturas existan fuerzas en su interior que le permitan reaccionar y modificar su línea para generar, en un diálogo social y político abierto, un nuevo vector que agrupe a movimientos, partidos y personas aunadas por la aspiración de cambiar Chile de veras".
"Si logramos que una parte de ellos la crea y deposite en ella su fe, el pueblo de izquierda excluído, los jóvenes con su rebeldía transformadora y el pueblo del NO, constituirían una fuerza invencible por la derecha", declaró el exministro.

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