viernes, 11 de julio de 2008

Estación de Manzanar


La estación de Manzanar de ubica en el poblado del mismo nombre, en la precordillera de la Araucanía. Su arquitectura es única en su tipo, un edificio de albañilería revestido completamente en piedra y elementos ornamentales en madera que le dan un aire alpino.
Adyacente a la estación se encuentra la vivienda del jefe de estación, de dos pisos donde aparece el balcón como elemento jerarquizado perpendicular al desarrollo de la estación.
Esta estación es el reflejo de que fue pensada para una futura proyección del poblado, la que nunca se concretó, pasando a ser solo un conjunto de viviendas y un retén.
Historia
Manzanar es una localidad que se ubica en la ruta internacional a Lonquimay, su espectacular entorno geográfico de las zonas interiores fue determinante para que los arquitectos de la Dirección de Obras Ferroviarias se inclinaran por un marcado estilo alpino que caracteriza a esta estación. Los inicios de la localidad se remontan a la construcción de la línea férrea, ya que al amparo de estas obras se fue poblando y convirtiendo poco a poco en un pueblito que cuenta con servicios básicos tales como posta, escuela, retén de carretera, bomberos y junta vecinal. En la actualidad su principal función es ser un centro turístico, por cuanto mucha gente construyó allí sus cabañas para acceder a la nieve, termas o saltos de agua.
La estación ferroviaria fue construida en la segunda etapa de este ramal, cuando se pensaba extenderlo desde Curacautín hasta empalmarlo con los ferrocarriles argentinos.
A lo largo del ramal PUA - Curacautín solo dos estaciones alcanzaron un nivel de magnitud poco vista, una de ellas es la de Manzanar, es la única que presenta un alto grado de detalle, sus fachadas revestidas completamente en piedra, el grado de terminación de la madera en sus ventanas, aleros y balcón le otorgan un aire cordillerano poco visto en esta zona.
Su volumen rectangular, coronado en el extremo poniente con la vivienda del jefe de estación de dos pisos resalta sobre la meseta donde se ubica, adquiere gran presencia los pilares de ambos corredores por lo macizo de sus proporciones. Es un buen ejemplo del grado de elaboración e importancia asignada a este ramal. Actualmente se encuentra abandonada.
En planta rectangular destaca el corredor sur, el de la bienvenida, en la fachada norte en tanto existe otro corredor cuyo objetivo se servir de unión entre la vía y el recinto, resguardando de las condiciones climáticas, principalmente la nieve. Ambos corredores están unidos por un pasillo que da lugar a la sala de espera y boletería. Por su magnitud la vivienda presenta un carácter independiente de la estación donde destacan sus amplios espacios, bondadosa escalera cuya balaustrada en madera le confiere un aire señorial. En el segundo piso destacan la presencia de tres dormitorios y baño, siendo una de las pocas en que este recinto era parte del proyecto original.
Frente al acceso existe una explanada que le da presencia al volumen. En el edificio existe una aproximación hacia el poblado con la ubicación de un corredor longitudinal jerarquizado por la presencia de un frontón que remata la calle lateral del pueblo y es la vía de acceso al recinto.
Respecto de su emplazamiento es una propuesta bien lograda con espacios intermedios que van aproximando la obra a su entorno mas inmediato como la calle y la vía férrea.
Al concretar este ramal a Lonquimay se tenían grandes esperanzas en su uso, ya que se proyectaba su vinculación con Bahía Blanca en Argentina, sin embargo eso no paso de ser un sueño el ramal termina en una añosa estación de madera en Lonquimay.
El poblado formado por dos manzanas destaca el reten actualmente en actividad y el gran edifico de la estación

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