jueves, 4 de marzo de 2010

Sólo un edificio en altura no registró absolutamente ningún problema

Angol.- Increíblemente, el inmueble que se construye en calle Purén casi esquina Caupolicán no sufrió el más mínimo daño, según reportó un ingeniero fiscalizador del MOP.
Suena como una película de ficción para quienes han residido toda una vida en Angol, ver esta ciudad con todos sus edificios emblemáticos casi en ruinas.
El caso más patente es el del hospital local, cuya estructura de cinco pisos probablemente deba ser demolida, para desazón de quienes ya la consideraban parte del patrimonio arquitectónico local.
Otro de los poquísimos edificios en altura que existen en la capital de Malleco como el del Serviu, ubicado en calle Prat casi esquina Vergara, también evidencia serios daños, lo mismo que el edificio El Vergel en Pedro Aguirre Cerda.
De acuerdo al reporte del ingeniero civil calculista del Ministerio de Obras Públicas, Aníbal Meza, quien llegó hasta Angol para examinar algunas estructuras, la única de todas las construcciones en altura que –aunque parezca increíble dada la magnitud del cataclismo grado 8,8 que alteró el eje de nuestro planeta y acortó los días- no reportó absolutamente ningún daño ni siquiera mínimo e insignificante, fue el edificio San Francisco, que construye la Inmobiliaria Cumbres en calle Purén casi al llegar a Caupolicán.
Los encargados del inmueble comentaron que pese a que si bien la obra gruesa recién había finalizado hace pocos días y por ese mismo motivo el cemento aún se encontraba fresco, no se podía descartar alguna trizadura menor o algún ventanal roto, nada de eso ocurrió, según comprobó la inspección del experto.
INFORME ESCRITO
Tampoco cayeron los altos andamios que rodean la obra, ni siquiera los materiales que se almacenaban en el quinto piso, ya que funcionaron todos los sistemas de seguridad, por lo que el sector donde se ubican los trabajos no posee restricción de acceso para transeúntes ni automóviles, al contrario de lo que sucede con el hospital, donde el Ejército debió tomar posesión del recinto para evitar ingresos de curiosos y accidentes.
Tan sorprendido se retiró el profesional, que felicitó a quienes participan en la construcción del edificio, escribiendo en su informe oficial que tras la revisión no se encontró el más mínimo daño en toda la estructura.

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