lunes, 29 de marzo de 2010

Recuerdos de un angolino que vivió intensamente en esta ciudad los terremotos de 1960 y 2010

Angol.- (Jorge Toro Vergara.)Gabriel de la Fuente Smitmans tenía sólo 13 años de edad cuando se encontraba junto a su padre, quien asumía como alcalde el mismo día del cataclismo del año 60.
Este ingeniero agrónomo afirma que una de las imágenes que se le grabaron con mayor fuerza fue ver derrumbarse la iglesia y otro gran edificio frente a la plaza Siete Fundaciones.
El conocido ingeniero agrónomo angolino Joaquín de la Fuente Smitmans, fue uno de quienes vivió en esta ciudad los dos más grandes terremotos que han azotado a Chile, los de 1960 y de 2010.
En su casa de calle Andrés Bello, frente a la plaza Bunster, reside acompañado de su familia y especialmente con su hija pequeña que lo busca continuamente.
Una de las primeras evocaciones que hace sobre el terremoto del 60, es que tenía sólo 13 años de edad y lo vivió junto a su padre, Gabriel De la Fuente Cortés, quien asumía la alcaldía el mismo día del terremoto, de manos de otro ciudadano ilustre: Víctor Villouta.
Cuenta que el difícil trabajo de reconstrucción de Angol lo realizaron las autoridades de la época, encabezadas por el intendente Carlos Jarpa Bisquert, el alcalde Gabriel de la Fuente Cortés, Luis Strube París (conocido como “el segundo terremoto”); el director del hospital, doctor Julio Méndez Roa; la directora de obras municipales, Rina Salas Ocampo; el comandante del regimiento, Rolando Melo March, y muchos otros vecinos como Augusto Schuster, Humberto Cruz Concha y Juan Smitmans.
Joaquín de la Fuente comenta que recién se habían ido a vivir al campo, “mi padre asumía ese día la alcaldía de Angol, se la entregaba don Víctor Villouta, por supuesto no hubo ceremonia, sólo asumió y comenzó de inmediato a tomar las medidas para paliar la catástrofe. Yo lo acompañé en todo momento, mucha gente se instaló en la Plaza de Armas de Angol en sus autos y carpas a orillas de la pileta, donde el regimiento estableció un campamento para alimentar a la gente. Era el intendente de la época don Carlos Jarpa, el comandante del regimiento era Rolando Melo March, casado con una prima de mi padre, por lo tanto hubo una muy buena coordinación y una de las primeras medidas fue ocupar la población Matte que estaba recién terminada y no estaba entregada”.
“Mi padre echó abajo las barreras y repartió las casas; en Huequén se descubrió que desde la segunda calle hacia arriba había un predio de la familia Ananías, que se había formado comprando los sitios, por lo tanto las calles que eran fiscales no podían comprarse. Allí mi padre instaló a la gente en las calles, por esa razón fue denunciado a la justicia y en primera instancia dieron orden de detención contra el alcalde Angol por haber procedido a entregar una población e invadir un terreno supuestamente privado”, agrega.
En ese escenario, llegó hasta Angol el entonces presidente de la República, Jorge Alessandri Rodríguez, quien recorrió la ciudad. “Alessandri visitó el hospital, el regimiento, las poblaciones, tomó contacto con los afectados, declaró zona de emergencia y dio orden de inmediato al ministro del interior, Sotero del Río, que se compraran estos terrenos, y los recursos para empezar a construir las poblaciones como la Trizano, Javiera Carrera y empezar las obras de la población Alemania. También se efectuó la inhabilitación del hospital mediante un decreto municipal que firmó doña Rina Salas y el alcalde, y por eso se logró la construcción del hospital nuevo, cuya inauguración fue el año 65”.
Le consultamos respecto a qué fue lo más que le impactó de ese cataclismo, el más grande que se ha registrado en el mundo desde que el hombre tiene capacidad de medir los terremotos. “El terremoto del domingo fue a 15.20 horas. Yo estaba con mi padre en la plaza de armas y estaba don Luis Strube, que también era regidor de esa época… el agua de la pileta de la plaza fluía con gran fuerza, incluso dieron la noticia que en Angol había tsunami, pero lo que más me impactó fue la caída del edifico donde estuvo el Café Real (esquina de Bunster y Lautaro, donde hoy en día hay un local de menaje). Allí existía una librería llamada Los Estudiantes y el tañido de la campana de la iglesia, que sonó hasta que llegó al suelo; también me llamó la atención el trabajo de las Fuerzas Armadas hacia la comunidad, que establecieron en todas partes rancho para toda la población que necesitaba comer, sin importar si era civil o militar”.
EL MANEJO DE LAS AUTORIDES EN 2010
De la Fuente efectuó su análisis personal sobre lo acontecido en la trágica madrugada del pasado 27 de febrero. “Con respecto al manejo de las autoridades, hay que destacar que tuvimos un hecho muy lamentable, que nuestro alcalde no estuviese en Angol porque estaba haciendo uso de sus vacaciones legales. El segundo hecho que después lo afectó fue la muerte del hijo de su pareja y además de ver su ciudad destruida, todo esto le debe haber provocado mucha pena, pero una vez llegado Angol, se pone de inmediato al frente. Sacó mucha fuerza e hizo todo lo que está a su alcance, recorrió la ciudad, después ha viajado a Santiago, ha conseguido recursos y recurrido a la prensa donde reiteradamente ha dicho que Angol está abandonado”, afirma.
Sobre el motivo de este abandono de los angolinos respecto a la ayuda del nivel central, “es porque estamos insertos en la parte norte de La Araucanía y nuestra ciudad es la que recibió los peores daños de la región. Lamentablemente Angol no ha tenido el apoyo suficiente...”.
Finalmente, el ingeniero efectuó un llamado a todos los sectores políticos locales a no entrar en conflictos en estos momentos tan duros por los que atraviesa el país. “Tenemos que mirar el futuro, hacer del gobierno de Sebastián Piñera un gobierno creativo, por un lado que ayude a reconstruir el país, pero que por otro lado ayude a hacer actividades de desarrollo y fomento

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