viernes, 26 de marzo de 2010

Incendio de esta madrugada destruyó un inmueble ubicado en la calle Covadonga

Angol.- Nuevamente la falta de sirena en su cuartel central le jugó una mala pasada a Bomberos, que no pudo dar la alarma a sus voluntarios ya que el equipo se encuentra fuera de servicio a causa de los daños que produjo el terremoto.
Morador afectado resultó con heridas de mediana gravedad y un voluntario bomberil con lesiones leves mientras combatían la emergencia.
Completamente destruido a causa de un incendio, resultó esta madrugada un departamento de material ligero ubicado junto a una vivienda de calle Covadonga 659, entre Dieciocho y Purén de Angol.
El siniestro se declaró a las 3.50 horas y nuevamente Bomberos no pudo alertar masivamente a sus efectivos debido a que la sirena del cuartel central -ubicado en calle Pedro Aguirre Cerda- se encuentra sobre la techumbre del tercer piso del edificio, el que resultó gravemente dañado por el terremoto del 27 de febrero y debe ser demolido.
El comandante de la institución, Joel Alvarado, comentó que precisamente anoche se debió desconectar la alarma pública del sistema eléctrico, ante la imposibilidad de hacerla funcionar por el grave riesgo de desplome que evidencia el recinto ante la vibración que produce el aparato cuando se le acciona, por lo que obviamente tampoco habrá toque al mediodía.
Por este motivo y una vez recibida la solicitud de auxilio por parte de los vecinos de la casa incendiada, Bomberos debió alertar por sus equipos de radiocomunicaciones al personal, mientras que los cuarteles de la Segunda y Cuarta compañías tocaron sus sirenas.
A la llegada de los carros, el inmueble que arrendaba Marcelo Figueroa Catrilelbun, de 29 años de edad, se encontraba totalmente envuelto en llamas y gracias a la cooperación de pobladores y Bomberos se logró evitar que el fuego afectara la casa principal, que también está construida de madera.
De acuerdo a la versión del afectado, se encontraba cocinando papas fritas al momento de ocurrir la emergencia, la que aparentemente se habría producido a causa de la inflamación del aceite con que se preparaba la comida.
Marcelo Figueroa sufrió quemaduras de mediana gravedad en una de sus manos mientras intentaba apagar las llamas y rescatar algunas pertenencias, por lo que debió ser trasladado al hospital local y también se reportó que un voluntario de Bomberos sufrió heridas menores durante el combate del siniestro.
Personal del Plan Cuadrante de Carabineros se hizo presente en el sitio del suceso, dando cuenta del hecho al Ministerio Público.
SIRENA
La falta de sirena que afecta a los bomberos angolinos ya se había hecho patente la semana pasada, cuando otro incendio consumió por completo una vivienda de calle Julio Sepúlveda.
El comandante Joel Alvarado, explicó que la situación no es de fácil solución, puesto que el terremoto no dejó en buen estado ningún edificio cercano al cuartel central, por lo que les es imposible instalar la alarma pública sobre la techumbre, por ejemplo, de la municipalidad o el teatro municipal, ya que todos los inmuebles del sector se encuentran en malas condiciones producto del cataclismo.
Asimismo, la antigua sirena bomberil requiere alimentación de energía eléctrica trifásica y tiene un peso considerable, lo que no hace fácil su traslado e instalación en cualquier lugar.
Mañana sábado se procederá a desmontar el equipamiento desde la techumbre del cuartel, con la finalidad de dar cumplimiento a la orden de demolición del tercer piso del edificio institucional, lo que ha generado bastante incertidumbre entre los voluntarios, quienes ahora cuenta sólo con las sirenas del cuartel de la Segunda Compañía (en avenida O´Higgins) y el de la Cuarta en Huequén, pero ninguna de aquellas sirenas es tan potente como la central y por ende, no es escuchada fácilmente en toda la ciudad.
Los equipos de radiocomunicaciones, por su alto costo, no son accesibles a todos los voluntarios locales, y por eso es que muchos bomberos angolinos aún se alertan por medio de los toques de alarma pública, especialmente en las noches, lo que genera la rápida movilización de los recursos ante un incendio.

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