Angol. Recorrer las calles de esta ciudad es simplemente desolador, aún se retiran escombros, mujeres caminan a paso lento y desde las casas se barre el polvo y se acumulan los ladrillos que no resistieron el terremoto. Dentro de los edificios más dañados se encuentra la Gobernación Provincial, el Correo, el Teatro Rex, ejemplos de prosperidad y desarrollo de una ciudad que se remodeló gracias al Movimiento Moderno. Por su parte, más al norte la Iglesia san Buena Ventura tiene daños estructurales en sus vertices y toda la cara longitudinal presenta un corte a unos pocos centimetros del suelo. Sin duda, el simbolo del empeño local, la tienda Urmax, vive su propio remezón, el tránsito interrumpido, los vidrios quebrados y en su interior sin ningún maniquie que sugiera una prenda de ropa, vigas y enfierraduras asomadas, tratando de tomar el intenso sol de marzo. Un par de metros más hacia la plaza, un letrero muy producido que recuerda los colores de campaña,busca dar un fuerzas a una ciudad que se niega a decaer. Hombres y mujeres transitan por la calle, con un unico destino, llegar sano y salvo a sus casas.
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