lunes, 7 de junio de 2010

Antonio Horvath: “Queremos dinamizar el partido”

Angol.- (Jorge Abasolo Aravena) Senador y candidato a la vicepresidencia de RN en la lista que encabeza Cristián Monckeberg, habla del por qué de esta lista y del tema controversial por estos días: Campos de Hielo Sur.
El próximo 12 de junio Renovación Nacional enfrenta una nueva elección interna. Tras 23 años de existencia y oposición, con el triunfo de Sebastián Piñera lograron terminar con el sambenito de que la derecha no podía acceder a La Moneda por la vía democrática.
El senador por Aysén, Antonio Horvath, postula a la vice-presidencia en la lista que encabeza el diputado Cristián Monckeberg. Aunque se trataba de conversar acerca del tema de Campos de Hielo Sur, también hubo tiempo para la contingencia política.
-¿No están de acuerdo con la línea impuesta por Carlos Larraín, actual presidente de Renovación Nacional?
-No se trata de eso. Lo que pasa es que siempre en un partido será bienvenida las posturas diferentes, en la medida que no rompan con la unidad.
-¿Cuáles son las diferencias con la lista encabezada por Larraín?
-Nuestro proyecto pretende democratizar y hacer más participativo el partido en Chile y en la Región de Aysén. Tenemos que recuperar y dinamizar el verdadero perfil que ha animado desde sus inicios y ahora con nuevos desafíos a Renovación Nacional, como lo son la capacitación, el liderazgo, la participación de las bases y la incorporación de nuevos militantes
SITUACION INTERNACIOINAL
Hay legítima inquietud en la cancillería chilena.
La factibilidad de que la cartografía oficial realizada por peritos chilenos y argentinos en la zona de Campo de Hielo Sur vaya en detrimento de la posición chilena en la disputa territorial existente en ese lugar, ya empieza a poner una nota de incertidumbre.
No se puede negar que en los últimos veinte años Chile y Argentina han logrado extraordinarios avances en la construcción de una relación basada en la confianza mutua.
Aunque el escenario hoy en día dista de ser óptimo, no es para nada ríspido.
La sospecha paralizante y la duda inhibitoria emana del hecho de que hoy e el país vecino los Kirchner son quienes detentan el poder. Bien sabemos que se trata de un dueto que no brinda garantías de respeto hacia los acuerdos. Además, ellos están jugando sus últimos cartuchos, aplicando la política del todo o nada, la más audaz –y tal vez la única- cuando se viven momentos de alta impopularidad y se pispa que el final está más cerca de lo que se cree.
Descontando lo imprevisible de las decisiones de los Kirchner, la relación Chile-Argentina es fructuosa. Una serie de acuerdos bilaterales, un cuantioso intercambio comercial, la creciente actividad turística recíproca y el acuerdo para homologar los gastos militares, son algunas muestras de solidez y variedad que han alcanzado los vínculos entre ambos países, a pesar de los tropiezos como el fallido abastecimiento de gas natural proveniente de Argentina.
Por cierto, este exitoso proceso ha tenido lugar gracias a la superación de las diferencias limítrofes que se prolongaron por décadas y que llegaron a poner en más de una ocasión a ambos países al borde de un conflicto armado.
Desde 1984, con la firma del tratado de Paz y Amistad que puso fin a la disputa en el canal Beagle, los conflictos fronterizos fueron perdiendo protagonismo.
El acercamiento iniciado entonces fue profundizado en 1990, cuando una comisión mixta definió los 24 puntos sin demarcación reconocida, de los cuales 22 fueron resueltos de mutuo acuerdo.
En los dos lugares donde no hubo consenso se procedió de manera distinta:en Laguna del Desierto se concurrió a un arbitraje internacional, fallado en 1994 a favor de Argentina y acatado por Chile.
En Campo de Hielo Sur, por su parte, se dejó pendiente una resolución hasta que en 1998 se suscribió un acuerdo para realizar la demarcación limítrofe, tarea que no fue emprendida hasta el año 2006 y cuyo trabajo en terreno concluyó en marzo pasado.
Se espera que a más tardar en septiembre se entregue la cartografía oficial desarrollada en conjunto por técnicos de ambas nacionalidades.
En esta reaparición de una probable colisión de intereses entre los Chile y Argentina, conviene hacer algunas precisiones.
Cuando Chile perdió Laguna del Desierto se trabajó con cartografía argentina. (¡!SIC!!)
En esta ocasión, una vez más la cartografía de la zona está siendo realizada por nuestros vecinos, el único país del planeta que continúa utilizando el sistema de coordenadas de Gauss-Krugger, desechado en todo el mundo occidental por engorroso e impreciso.
En torno a un tema que reflota y sirve en mucho para que una gran mayoría de la población de ambos países se inquieten por saber un poco más de geografía, entrevistamos al senador Antonio Horvath (RN) el más cotizado, ilustrado y respetado cuando de tratar temas de soberanía nacional se trata.
Titulado de Ingeniero civil en 1975, también estudió Bellas Artes, ¡vaya mixtura! representan a la undécima región del país (Aysén).
El año 1984 realizó un postgrado en ingeniería Civil y Medio Ambiente, recibiendo el grado de master en Ciencias de Ingeniería Civil en la Universidad de Pordue, Estados Unidos.
El año 2007 la revista “El Periodista” lo sindicó como el senador más creíble de Chile, lo que no deja de ser un honor, en razón del desprestigio mundial de una actividad permanentemente cuestionada por la opinión pública.
-¿Hay antecedentes en que Chile se pueda avalar para defender este territorio?
-Claro que existen. Se trata de las actas de 1898, en las cuales ambos países manifiestan sus pretensiones de límites. Y en el área del Campo de Hielo la pretensión los dos países son coincidentes.
Además, el fallo de Gran Bretaña de 1902 señala que “a partir del Monte Fitz-Roy hacia el sur, cerro Stokes, no hay nada que determinar porque los dos países ya están de acuerdo.
En eso Chile tiene que afirmarse, porque se trata de un tema muy importante. Por eso creo que en nuestro país, aparte de tener tantos abogados, gente que quiere hacer carrera a nivel internacional, debemos tener historiadores, para poder demostrar que esa es la línea acordada.
Por otro lado necesitamos muchos científicos, como glaciólogos, geógrafos, ingenieros, para que demuestren que sobre hielos que se mueven no se pueden establecer divisorias de aguas, porque es un absurdo.
-¿Es posible negociar con los Kirchner?
-Yo he estado en foros con ellos, que –dicho sea de paso- lo hacen con gran despliegue de medios y fanfarrias publicitarias. Y he estado en el mismo campo patagónico, donde llevan moderadores desde Buenos Aires, aviones, periodistas y todo en un estilo tipo Hollywood. La última vez se jactaban de llevar “colonos” del Campo de Hielo, cosa curiosa porque jamás existieron. Es gente que trasladan y que están a 600 kilómetros del lugar. Recuerdo que doña Cristina Fernández de Kirchner, senadora en ese momento; y su marido consideran que todo eso es argentino y punto. No lo discuten y no quieren ir al fondo del asunto. Bajo ese escenario y con esas autoridades se hace bastante difícil llegar a un acuerdo. Y creo que no se trata de una posición beligerante. Es la posición de ellos, que hay que asumirla como un dato desde el punto de vista político. Ahora, la comisión técnica mixta de límites chileno-argentina deberá reforzarse por ambas partes para poder avanzar. Eso significa avanzar, pero no a chicotazos ni de modo abrupto, sino con tiempo y prudencia, hasta que cambie el escenario político en la Argentina, cuando el dueto Kirchner no tenga tanta influencia. Lo que pas es que habiendo gente con las características de los Kirchner, es muy difícil llegar a acuerdos. Fíjese que esto lo han denunciado personeros de la propia Argentina, como Carlos Escudé, entre ellos. A los argentinos se les enseñó por décadas de que Chile había crecido a costa de ellos desde Puerto Montt al sur. En consecuencia, es difícil llegar a acuerdos con gente que ha sido aleccionada en ese tipo de errores.
-De llegar a un arbitraje, ¿a qué países se recurriría?
-Tradicionalmente lo ha sido Gran Bretaña, pero por razones que todos conocemos –caso Malvinas- no creo que se recurra a ese país.
De hecho, recordemos que cuando se emitió el fallo en torno al Canal Beagle, los argentinos lo declararon “insanablemente nulo”. Es conveniente no olvidar ciertos hechos históricos, sin que por ello nos tornemos chauvinistas. Más tarde entró a tallar Su Santidad, con un resultado que fue bastante satisfactorio para ambas partes.
Hoy en día existe la instancia del Tribunal de La Haya, pero no tiene sentido mantener dos controversias de límites en forma paralela.
En todo caso, en el área del Campo de Hielo Patagónico Sur, aún quedan muchos estudios por hacer. Además, quedan muchas áreas por demarcar.
-Chile y Argentina tienen conflictos paralelos. Chile con Perú y Argentina con Uruguay. ¿Cuánto puede incidir esto en el caso de los Campos de Hielos Patagónicos?
-En el caso de Campo de Hielo Patagónico Sur ya hay un procedimiento definido, acordado. Las comisiones mixtas tienen que ponerse de acuerdo. Si no llegaran a ponerse de acuerdo, esto tiene que llegar a una solución política, pero para ello van a pasar muchos años. Y si aún así no nos pudiéramos de acuerdo, hay que ir a un tribunal internacional. Pero eso es un largo proceso que puede llevar diez años o más, incluso.
Mientras tanto, lo que debemos hacer es completar el Camino Austral para –por y desde Chile- acceder al Campo de Hielo Patagónico Sur, desarrollar toda el área aledaña para fomentar el turismo. Así como Argentina recibe 250 mil turistas, nosotros también debemos empezar a crecer y pasar –de los dos mil actuales- a decenas de miles en el futuro cercano.
-El ministro de Defensa de Chile, Jaime Ravinet ha dicho que hay mucho tiempo y que no hay que ser alarmistas. ¿Comparte esa idea?
-La comparto, pero desde luego que hay que estar abocados al tema y ponerse al nivel de lo que están haciendo los argentinos en cuanto a difusión y ocupación de las áreas aledañas.
-¿Es eficiente y confiable el equipo de expertos chilenos que trabaja con los expertos argentinos?
-Desde luego. Son expertos geógrafos, ingenieros, juristas, pero son técnicos. No dudo de sus capacidades, pero lo que hay que hacer es reforzar esos equipos, porque en los últimos veinte años nos ha ido bastante mal frente a la estrategia argentina.
Como Comisión del Senado, nosotros hicimos un trabajo riguroso de más de un año y lo entregamos a la presidenta Bachelet el año pasado. Pero se trataba de un año de elecciones y esto pasó al olvido.
En este trabajo (Muestra una carpeta) hay 77 propuestas y absolutamente pacíficas, para incorporar este territorio al quehacer nacional.

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