miércoles, 30 de junio de 2010

“Otorgar menos reajuste para mayor mano de obra, es mentira, sólo desean más utilidades” Juan Méndez, dirigente gremial y ex concejal


Victoria.- (Manuel Burgos Lagos, Periodista) Las conversaciones sobre salario mínimo preocupa a los trabajadores dependientes del empresariado, en especial, sobre la ponencia de muchos de estos últimos, que hallan demasiado el 10% que pide la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Es la percepción del dirigente gremial y ex concejal, Juan Méndez González quien añade que, eso podría ser real, si sus salarios fueran millonarios pero no “para la miseria que nos pagan , es muy poco”, argumentando que, con el tres por ciento ofrecido por el gobierno, se llegaría a un salario mensual de 170 mil pesos.
La mano de obra
El trabajador de la construcción rubrica lo siguiente: “Empresariado y gobierno hablan de que si se paga lo que pide la CUT, se estaría haciendo un flaco favor a la incorporación de nueva mano de obra y para mi eso es mentira; es sólo querer tener más utilidades, en desmedro de nosotros, los obreros y más necesitados, y más aún, se pasa a tocar la educación, y con esto queda claro que, el gran empresariado y actuales gobernantes , no quieren que los hijos de los obreros, con capacidad intelectual la puedan desarrollar y sólo resignarnos”.
Sumó otro concepto. Dijo que, una vez más, el Instituto Nacional de Estadística (INE), engañaba al país ,cuando señalaba que en la actualidad existía un 8,4% de cesantía a nivel nacional. Lo desmintió, aclarando que aquí -como ellos debían saberlo- se bordeaba el 20% de gente sin trabajo, en el país.
“Lo que desconozco un poco, es la cesantía existente en Victoria , y que no es para estar tranquilo…En Victoria hay muchas necesidades, muchos cesantes; quien habla, acaba de quedar sin trabajo, en una empresa que se halla en Selva Oscura, con pocos cupos en los programas de generación de Empleo, y con “padrinos políticos”, lamentó, recordando que en la pasada campaña política eleccionaria, muchos estuvieron de acuerdo con la Iglesia de un sueldo ético de 250 mil pesos, que -reconoció- era mucho más justo.

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