lunes, 31 de agosto de 2009

China, Japón y Nueva Zelandia toman vuelo como destinos de viajes de intercambio escolar

Santiago.- Aprender inglés dejó de ser la razón principal para irse a vivir por un año fuera de Chile. Conocer una cultura diferente a la propia y enfrentar situaciones nuevas pasó a ser el motivo principal para emprender esta experiencia de vida en plena adolescencia.
Están a horas de partir a un viaje de intercambio escolar que les significará vivir un año en países tan distintos a Chile, como son China y Suiza. Por eso las risas nerviosas y la ansiedad abundan en estos adolescentes, que son parte de los 11 mil que cada año mueve por el mundo la American Field Services (AFS), una organización sin fines de lucro con programas de intercambio escolar en 84 países.
"Estoy súper emocionada, muy feliz; no sé si nerviosa, pero sí demasiado ansiosa. Me han salido cosas en la cara, y como que ando todo el día así", dice Constanza Zúñiga (17), sin pausas y mostrando su mano temblorosa, a días de partir a vivir con la familia Zong, a Shanghai.
"Quiero irme ya", agrega Andrés Fernández, de la misma edad, quien viaja por un semestre a Finlandia "a asumir el desafío del idioma, que es bien complicado, y a conocer una cultura que uno suele mirar de lejos".
Ambos optaron por destinos no tradicionales, pero que están en auge entre los chicos de 16 a 18 años que deciden vivir este tipo de experiencia. La razón está en el interés de quienes viajan, como en que "los países de habla inglesa están saturados en términos de intercambio", dice Pablo Fernández, director nacional de AFS Chile. "Entonces, estamos tratando de generar interés en otras partes del mundo, que tienen capacidad para ir creciendo más y que para Chile adquieren cada vez más importancia".
De ahí que China, Filipinas, Tailandia y Japón aparezcan como destinos apetecidos, lo mismo que Finlandia, Dinamarca, Noruega y Suiza. "Al principio me iba a Europa, pero después lo pensé bien, y sentí que quería algo más distinto todavía, así que escogí Hong Kong", explica Lucas Peralta, de 17 años, quien ha estado practicando cantonés para lograr comunicarse con su familia adoptiva.
"Muchos jóvenes han entendido que el inglés lo van a necesitar y a aprender en cualquier país donde vayan, sea Asia o Europa. Y que tienen la oportunidad de aprender un tercer idioma", explica María José Iriarte, de Young For Understanding, institución sin fines de lucro que lleva 46 años operando en Chile.
Claudio LeRoy, de Experiment in International Living (entidad sin fines de lucro con más de 40 años en el país), cuenta que entre sus destinos más demandados también está Nueva Zelandia, país que ha desarrollado una política educacional que estimula la recepción de estudiantes de otras latitudes. "En todos los colegios existe un departamento de intercambio", comenta LeRoy.
Selección
Para conseguir un cupo de intercambio no basta con las ganas y los recursos monetarios. Las organizaciones sin fines de lucro y experiencia en intercambio ponen ciertas condiciones a sus postulantes. Unas piden notas mínimas, otras cierto dominio del inglés y algunas seleccionan a los que muestran ser empáticos, flexibles y de mente abierta.
Lo que sí les interesa a todas es que la motivación de viajar sea del adolescente, y no sólo de los padres. "Deben tener claro que esto no es turismo ni un viaje para conocer otros lugares. Es para vivir y compartir con personas que tienen costumbres y formas de relacionarse distintas a las de ellos. Y, por supuesto, estudiar", dice María José.
Una vez aceptados, los estudiantes pasan por talleres de orientación, donde se les explica cómo será el viaje, qué les espera, y se moderan las expectativas. "Se van con la idea de ser los mejores amigos de sus hermanos 'adoptivos' o que en el colegio tendrán muchos amigos y serán igual de populares que acá. Pero muchas veces eso no pasa, o es muy difícil que lleguen a conseguirlo. Y es probable que les cueste sobrellevarlo", comenta María Fernanda Olivos, voluntaria de AFS, y quien vivió una experiencia de intercambio en Italia entre los años 2000 y 2001.
Sin embargo, agrega, la experiencia vale más que la pena. "Cuando te ves enfrentada a una familia y amistades nuevas, valoras más lo que has construido en Chile. Y con los años te vas dando cuenta, en situaciones que enfrentas, de que te sientes súper capaz de superarlas, porque antes viviste un desafío mucho mayor y lo lograste".
El 40% de los escolares que hacen viajes de intercambio por AFS Chile recibe una beca que paga parte o el total de los gastos. El otro 60% cancela el valor completo. Pablo Fernández, director nacional de AFS Chile.
4 a 6 millones de pesos es el valor promedio que tienen los programas de intercambio. Las instituciones sin fines de lucro ofrecen becas para financiar toda o una parte del costo del programa.
EN INTERNET
Postulaciones y datos en:
AFS Chile
www.afs.cl/chi_sp/home
Youth for Understanding
www.yfuchile.cl/
Experiment in International Living
www.experiment.cl.

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