miércoles, 18 de enero de 2012

¿Tan indiferentes somos a nuestra historia?


Victoria.- (Cristian Rodríguez Domínguez, Arquitecto, docente Escuela de arquitectura, Universidad Autónoma de Chile) En el mes de agosto fui seleccionado junto al académico Marcelo Berho de la Universidad Católica de Temuco como representante de la región de la Araucanía para participar en la evaluación y propuestas de Políticas Culturales del Ministerio de Cultura organizado por la Universidad de Chile. En esa oportunidad, junto a representantes regionales del Bío Bío a Magallanes, discutimos, analizamos y soñamos nuestra región desde la mirada de los actores culturales. En muchos de ellos resaltaban la capacidad de gestión en materia cultural, en otras el impulso juvenil, de igual manera el territorio y la fuerza que de el emerge en cada mujer y hombre, lo que se traduce indudablemente en un rico patrimonio del que hoy disfrutamos.
Lo anterior, se me viene a la mente cuando vemos con angustia la poca capacidad de gestión que tenemos en materia de preservación, la poca capacidad de reconocer en los otros su identidad, su cultura; de igual forma, la poca capacidad de querernos como sociedad. En prácticamente un año hemos perdido una parte fundamental de nuestra silueta urbana, parte del testimonio de esta ciudad, una casa, un colegio y hoy en día un local comercial, que estuvo inalterable por más de 100 años.
Cuesta entender que una ciudad no preserve su historia como si lo hacen otras, en Lautaro con su piscicultura, la misma municipalidad un edificio que se restauró y hoy concentra todos los servicios en un edificio que da gusto recorrer. En Collipulli, inauguraron un moderno edificio municipal, y el antiguo lo preservaron, es más obtuvieron recursos para su restauración. El teatro de Los Sauces, Purén y Collipulli son parte de una propuesta mayor de conservar estos edificios como parte importante de la oferta de entretención de hace más de 50 años.
Un caso especial lo constituye Ercilla, donde las propietarias de dos viviendas se contactaron con el Ministerio de Vivienda para obtener un subsidio adicional de mejoramiento para estas casas. Los ejemplos suman y siguen, tanto en infraestructura pública y privada, rural y urbana, gestionada por la comunidad o por las instituciones.
Es hora, de dejar de mirar nuestra historia con rencor, con odio, con indiferencia, es hora de sentirnos orgullos de haber sido una de las ciudades mas importantes del sur de Chile, de volver a mirar el pasado con afecto, con cariño, de exigir a nuestras autoridades un mayor compromiso con nuestro patrimonio. Somos una de las pocas ciudades que no tenemos un Museo, es hora de cerrar los ojos y abrirlos en 50 años más, ¿que tendremos en esa fecha? .
Es urgente pensar y actuar pensando en nuestros hijos, en nuestros nietos, es hora de volver a florecer nuestra historia.

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