SANTIAGO.- Un video con imágenes de la violencia que se ha vivido en Bolivia fe la forma en que el Mandatario de ese país, Evo Morales, abrió el encuentro a puertas cerradas que por casi seis horas tuvieron ayer (lunes) los jefes de Estado de Unasur, además del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, en La Moneda.
Según comentaron varios asistentes a la extensa reunión, fue justamente la ponencia de Morales la que marcó un punto de consenso centrado en la necesidad de llegar a una solución pacífica del conflicto.
En este escenario, los mandatarios y cancilleres presentes debatieron sobre la base del borrador que la Cancillería chilena -con el monitoreo de la propia Presidenta- afinó y envió a los miembros del bloque el fin de semana. En su versión preliminar, el documento proponía el apoyo irrestricto a la institucionalidad democrática y a la integridad territorial boliviana, para lo cual se planteaba la necesidad de crear una comisión de Unasur que facilitara una mesa de diálogo en Bolivia, que tenía como requisito, para ser conformada, la obligación de que los grupos opositores desocupen los edificios públicos tomados.
El planteamiento, que fue expuesto por Morales y Bachelet, fue compartido por todos los presidentes, incluido Hugo Chávez, quien había analizado la propuesta en un encuentro con Evo antes de la reunión, en el Hotel Hyatt. Los miembros de la comisión que viajarán a Bolivia serán definidos por Bachelet, en consulta con los otros presidentes, durante esta semana. Según trascendió, el temor inicial del Gobierno chileno era que no se pudiera llegar a un consenso por las posturas opuestas de Chávez y el Mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, lo que finalmente no sucedió, lográndose la unanimidad al apoyo a la propuesta chilena. Sólo se agregó la creación de una comisión de Unasur que investigue los hechos de violencia ocurridos en la zona de Pando.
Y a pesar de que hubo intervenciones de Chávez, Correa y Evo en contra de Estados Unidos, una manifestación mayor en contra de ese país fue contenida por Bachelet, quien logró -como se había programado- omitir cualquier alusión a la nación norteamericana en la declaración final.
Las aprensiones de Lula y Uribe
Cuando se anunció la cumbre, el Presidente de Brasil, Lula da Silva, se mostró algo reacio. Él había ofrecido su mediación en el conflicto interno boliviano, y la oposición a Evo Morales estaba esperanzada con la propuesta. Pero el gobierno de Morales declinó la oferta. Versiones de prensa informaron que Lula reaccionó «con algo de irritación» ante el rechazo y le dijo a un asesor «que el colega boliviano juega con fuego».
Por eso, cuando supo de la convocatoria a la cumbre del Unasur, Lula mostró sus reservas y no confirmó de inmediato su asistencia. El Presidente le pidió al canciller Celso Amorim que realizara una ronda de consultas para asegurarse de que la cita no fuera considerada una intromisión en los asuntos bolivianos y que el gobierno de Morales pidiera expresamente la reunión. «Vamos a reunir un grupo de Presidentes ¿para qué? No podemos tomar una decisión por Bolivia», señaló Lula, según France Presse.
Asimismo, fuentes del gobierno colombiano señalaron a «El Mercurio» que, aunque Hugo Chávez anunció públicamente la reunión del Unasur la noche del viernes, Bachelet se comunicó con su par Álvaro Uribe recién el sábado en la mañana. Sólo después de esa conversación, que duró unos 20 minutos, el Mandatario colombiano se comprometió con la Presidenta a venir a la reunión. El personero agrega que el viernes no había ningún indicio sobre una eventual reunión del Unasur, por lo que no tiene dudas en que con su discurso del viernes «Chávez presionó con anticipación a Bachelet». Los puntos acordados: rechazo a golpe civil y comisión de asistencia.
Según comentaron varios asistentes a la extensa reunión, fue justamente la ponencia de Morales la que marcó un punto de consenso centrado en la necesidad de llegar a una solución pacífica del conflicto.
En este escenario, los mandatarios y cancilleres presentes debatieron sobre la base del borrador que la Cancillería chilena -con el monitoreo de la propia Presidenta- afinó y envió a los miembros del bloque el fin de semana. En su versión preliminar, el documento proponía el apoyo irrestricto a la institucionalidad democrática y a la integridad territorial boliviana, para lo cual se planteaba la necesidad de crear una comisión de Unasur que facilitara una mesa de diálogo en Bolivia, que tenía como requisito, para ser conformada, la obligación de que los grupos opositores desocupen los edificios públicos tomados.
El planteamiento, que fue expuesto por Morales y Bachelet, fue compartido por todos los presidentes, incluido Hugo Chávez, quien había analizado la propuesta en un encuentro con Evo antes de la reunión, en el Hotel Hyatt. Los miembros de la comisión que viajarán a Bolivia serán definidos por Bachelet, en consulta con los otros presidentes, durante esta semana. Según trascendió, el temor inicial del Gobierno chileno era que no se pudiera llegar a un consenso por las posturas opuestas de Chávez y el Mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, lo que finalmente no sucedió, lográndose la unanimidad al apoyo a la propuesta chilena. Sólo se agregó la creación de una comisión de Unasur que investigue los hechos de violencia ocurridos en la zona de Pando.
Y a pesar de que hubo intervenciones de Chávez, Correa y Evo en contra de Estados Unidos, una manifestación mayor en contra de ese país fue contenida por Bachelet, quien logró -como se había programado- omitir cualquier alusión a la nación norteamericana en la declaración final.
Las aprensiones de Lula y Uribe
Cuando se anunció la cumbre, el Presidente de Brasil, Lula da Silva, se mostró algo reacio. Él había ofrecido su mediación en el conflicto interno boliviano, y la oposición a Evo Morales estaba esperanzada con la propuesta. Pero el gobierno de Morales declinó la oferta. Versiones de prensa informaron que Lula reaccionó «con algo de irritación» ante el rechazo y le dijo a un asesor «que el colega boliviano juega con fuego».
Por eso, cuando supo de la convocatoria a la cumbre del Unasur, Lula mostró sus reservas y no confirmó de inmediato su asistencia. El Presidente le pidió al canciller Celso Amorim que realizara una ronda de consultas para asegurarse de que la cita no fuera considerada una intromisión en los asuntos bolivianos y que el gobierno de Morales pidiera expresamente la reunión. «Vamos a reunir un grupo de Presidentes ¿para qué? No podemos tomar una decisión por Bolivia», señaló Lula, según France Presse.
Asimismo, fuentes del gobierno colombiano señalaron a «El Mercurio» que, aunque Hugo Chávez anunció públicamente la reunión del Unasur la noche del viernes, Bachelet se comunicó con su par Álvaro Uribe recién el sábado en la mañana. Sólo después de esa conversación, que duró unos 20 minutos, el Mandatario colombiano se comprometió con la Presidenta a venir a la reunión. El personero agrega que el viernes no había ningún indicio sobre una eventual reunión del Unasur, por lo que no tiene dudas en que con su discurso del viernes «Chávez presionó con anticipación a Bachelet». Los puntos acordados: rechazo a golpe civil y comisión de asistencia.
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