Victoria.- (Javier Jaramillo, candidato a Alcalde)
Cuando abordamos los desafíos de la vida ciudadana, debemos asumir que ésta emerge desde un punto común y cotidiano; me refiero al lugar donde encontramos a nuestros vecinos, con quienes iniciamos nuestra jornada cada mañana; me refiero al almacén del barrio, a los personajes de cada esquina y los lugares donde juegan o esperamos puedan hacerlo nuestros niños y niñas. Y es sobre este punto en el que me quiero detener.
A través de diversos espacios otorgados por los medios de comunicación, he señalado que uno de los ejes que deseo implementar en un futuro gobierno local, es lograr vincular el municipio con los vecinos, apoyándoles en sus organizaciones e incorporarlos a un dialogo permanente, para así concretar una agenda de trabajo, en la aplicación de políticas comunales que sean posibles de abordar y concretar.
Y si hay un punto en el que se requiere implementar esta mirada, es la situación que ocurre con nuestros espacios públicos, aquellos lugares que parecen quedar fuera y lejanos de cualquier consideración institucional y también de personas que al no ver en ellos un lugar limpio, ordenado, orientado a ser un espacio de convivencia vecinal, termina siendo lo que muchos sabemos y conocemos, auténticos basurales, sitios eriazos y foco para la propagación de enfermedades y muchas veces el punto de inicio de los primeros brotes de delincuencia.
El gobierno posee una serie de herramientas y programas que permiten no solo mejorar y recuperar nuestros espacios públicos, sino que también es posible transformarlos en lo que deben ser, un lugar de sano esparcimiento, donde nuestros niños y niñas puedan jugar libremente, en un espacio digno para su desarrollo y crecimiento, en definitiva, un espacio para la familia y la vida en común en cada barrio y población.
Sin duda lo anterior solo es posible, si en primer lugar existe la visión y una política orientada al rescate y transformación de estos espacios en nuestra comuna. El segundo paso es liderar la gestión para que aquello sea posible, y defender los intereses de la comunidad, no existe excusa en aquello, por cuanto es el rol fundamental de quien postula ser el representante de una comuna a través de la Alcaldía. En tercer término, la implementación de esta política debe ser un trabajo mancomunado con los vecinos, quienes junto a los recursos públicos, el equipo humano y la gestión del municipio, deben comenzar a configurar sus nuevos escenarios, propiciando e incentivando el uso de estos espacios, para no solo quedarnos con la infraestructura.
La experiencia nos ha demostrado que no solo se trata de invertir recursos y mejorar una plazoleta o un área verde, ya que cuando aquello se hace sin la participación de los vecinos y sin un programa de actividades, están destinadas a durar unas cuantas semanas más allá de la inauguración.
Si hablamos de los desafíos de la vida ciudadana, entonces debemos entender que esta nace desde el lugar donde la ciudadanía habita su día a día, y esto no es otra cosa que sus barrios y poblaciones, las cuales tienen el justo derecho, y todo nuestro respaldo, para tener espacios públicos de calidad, con áreas verdes, donde nuestros vecinos puedan cultivar la amistad y el encuentro entre nosotros.
Esa es mi visión. Los espacios públicos cumplen un rol más fundamental del que a veces creemos, y por tanto, merecen nuestro esfuerzo. Comenzar a bosquejar los cambios desde allí, es comenzar bosquejar los grandes cambios para nuestra ciudad. Es necesario que avancemos con confianza y respeto, tener una mejor calidad de vida es posible, y el municipio tiene mucho que decir al respecto. Es momento de enfrentar los nuevos desafíos con nuevas ideas, y sobre todo, trabajando juntos. Vivamos un municipio vinculado con su ciudadanía.
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