Victoriense asume en noviembre como Comandante de la Base O´Higgins del Ejército en la Antártica Chilena

- Teniente coronel, Rolando Maza Novoa permanecerá un año en el continente blanco.

Victoria.- (Manuel Burgos Lagos, Periodista) Joven se le presentó la inquietud de pertenecer al Ejército de Chile a Rolando Hernán Maza Novoa, ex alumno de la Escuela Héroes de Iquique y del Colegio Santa Cruz de Victoria, con la adición de antepasados que pertenecieron a esa rama de las Fuerzas Armadas. Hoy, el actual teniente coronel pasa unos días en su ciudad natal, y narra que a los 15 años tomó la decisión, de postular a la Escuela Militar, ingresando el año 1988 y egresando en 1991 del Arma de Caballería Blindada. EN EL HÚSARES Fue destinado por tres años al Regimiento Húsares; de ahí al Regimiento Guardia Vieja de Los Andes; más tarde, postula al curso Maestro y se va a Quillota, donde estaba la Escuela de Caballería Blindada para realizarlo, permaneciendo allí por cinco años. “Después estuve la Dirección de Fomento -prosigue- donde estudié también, Tecnología Agrícola y Administración, Ganadería y Cultivo, requisito para hacerme cargo de un predio del Ejército; después, cuatro años en el Criadero Militar Doñihue y, posteriormente, vuelvo por tres años a Quillota, y actualmente me desempeño como Subdirector de la Escuela de Equitación del Ejército”. COMANDA BASE O´HIGGINS Hoy tomó la determinación de postular a la Dotación Antártica Anual, conversado previamente con su esposa, Gabriela Medina y sus hijos, Catalina y Joaquín, y con sus mandos institucionales. “He sido seleccionado y aceptado para ser el Comandante de la Base O´Higgins del Ejército en la Base Antártica Chilena y ya estamos en capacitación desde hace seis meses, y lo hacemos en montaña, hielo, ambiente extremo y en zonas aisladas; hemos tenido apoyo de siquiatras, de sicólogos, de aspectos logísticos y administrativos y nos vamos a partir del 02 de noviembre a Punta Arenas y el 21 de noviembre, si lo permite el tiempo, estamos ingresando al Continente Antártico”. Complementa que están a 1.200 kilómetros de Punta Arenas y que, donde llegan los aviones, es a Villa Las Estrellas, en la Base Frei, que es de la Fuerza Aérea; ahí también está Base Prat de la Armada, y desde ese punto, se viaja en buque, cerca de 5 a 8 horas, dependiendo también del clima y cómo se encuentra el mar, para llegar a la Base O´Higgins, distante de la Base Frei a 180 kilómetros. Ante otro requerimiento, responde que no existe ninguna posibilidad de volver al continente, en el curso de un año; en casos de fuerza mayor de algún funcionario, se ha debido realizar, siempre determinado fundamentalmente por la condición climática. PRESENCIA CHILENA “La misión fundamental hoy en la Base O´Higgins –asegura- y en todas las bases de las Fuerzas Armadas que están en Territorio Antártico Chileno, entre el meridiano 53 y el 90, es fundamentalmente de Presencia. Por Tratado Antártico del 1 de Diciembre de 1959, que entró en vigencia en 1971, el Territorio Antártico, está bajo la administración de 12 países y todas las demandas territoriales que allí existen y que eran vigentes hasta esa fecha se congelaron, valga la redundancia, y la verdad que nadie es dueño en particular del Territorio Antártico. Está bajo la administración de varios países” El alto oficial castrense entrega más antecedentes, sobre ambiciones de países sobre ese gélido territorio: “La Antártica en general, que tiene 14 millones de kilómetros cuadrados en época estival y 30 en época invernal. Por eso se reconoce como territorio pulsante, porque cambia su tamaño, tiene muchas riquezas minerales e hidrocarburos. Allí está el 80% del agua dulce del mundo. Es el continente más alto del mundo, sus montañas más grande, son de cinco mil metros y el espesor de hielo que hay, promedio, es de dos mil 500 metros. Entonces, no cabe duda que, en el tiempo y ante la necesidad y ambición de algunas potencias, que ya miraban este territorio después de la Segunda Guerra Mundial, la van a mirar más todavía”. Por eso Maza ratifica que la presencia marcará la diferencia de aquellos que ya hayan estado, a lo mejor, por más tiempo, ahí pisando ese continente y al concluir la nota, siempre corta por lo trascendente, ante la gran responsabilidad a desarrollar en esas delicadas funciones, satisfacción que las cumpla un hijo de esta ciudad, que la prestigia, a su familia y a los planteles de enseñanza donde se educó.