martes, 6 de septiembre de 2016
Senador Espina a mesa de diálogo en la Araucanía: “Este no es un problema de tregua, es un acto de compromiso con la vía no violenta”.
Araucanía.- El senador Alberto Espina expuso hoy su propuesta por la paz en la Araucanía ante la Comisión Asesora Presidencial, denominada mesa de diálogo, la cual es presidida por Monseñor Vargas e integrada por representantes del sector privado, las iglesias y el mundo indígena. También asistió a la reunión en el hotel Frontera de Temuco, el ex intendente de la región, Francisco Huenchumilla, quien propuso “una tregua”.
Ambos fueron los dos primeros invitados por la mesa de diálogo y concurrieron juntos a las presentación que cada uno de ellos hiso frente a esta instancia.
El senador Espina señaló que: “nuestra propuesta fue elaborada hace dos años con la participación de más de un centenar de líderes, Mapuche y no Mapuche, y entregada a la presidenta Bachelet sin recibir hasta ahora una respuesta, y lo que es más incompresible, sin que el gobierno haya señalado cuál es el camino que debe seguirse para alcanzar la paz social, lo que sin duda es demostración de una falta de liderazgo y representa una negligencia inexcusable”.
En relación a la propuesta que lideró Espina y que hizo suya Chile Vamos, señaló que “esta comprende resolver definitivamente el conflicto por las tierras, delimitando cuántas de ellas corresponden a las comunidades Mapuche, en qué periodo se les entregará la posibilidad de obtener una compensación a cambio de las mismas. La creación de la Corfo Rural para enfrentar la pobreza, que siempre es un germen de violencia; la participación del pueblo Mapuche en la institucionalidad chilena y la indemnización a las víctimas, a lo cual se agrega el deber del Estado de perseguir y lograr la condena de los violentistas que tanto daño han hecho a Mapuche y no Mapuche en la Araucanía”.
“Todo lo anterior no puede ser una decisión cupular, si no mediante un concejo integrado por los lideres Mapuche, agricultores y parceleros, víctimas de la violencia, sean Mapuche o no Mapuches. Más representantes de los poderes del Estado, todos ellos elegidos por sus propios pares. Así mismo deben incorporarse todas las instituciones que puedan aportar seriamente en los caminos por la paz social”, señaló Espina.
Añadió que “también no hay que dejar fuera del diálogo temas que son altamente conflictivos, pero requieren abordarlos a fondo, sin tabúes, como son las demandas territoriales y la autodeterminación. Si se excluyen y no se entra al debate de todos ellos, estaremos en presencia de materias que seguirán sin resolverse y eso impide lograr la paz social en forma permanente en el tiempo”.
En relación a la tregua propuesta por el ex intendente Huenchumilla, Espina aseguró: “este no es un problema de tregua, es un acto de compromiso de abandonar definitivamente la violencia como un método para lograr su reivindicación. Qué significa la tregua, significa quedar sometidos a un chantaje, ya que mientras participan en la mesa de diálogo no cometerían actos de violencia, pero si no se acogen sus demandas volverían a la violencia, eso es inaceptable, y en la práctica quedan sujetos al chantaje de los grupos violentistas”. Además agregó que “por supuesto que tienen cabida integrantes de la Coordinadora Arauco Malleco, en la medida que ellos se comprometan a abandonar la vía violenta.”
El parlamentario asegura que en un plazo de dos años se podrían lograr avances concretos, pero ello requiere liderazgo, valentía y voluntad política. Señaló que el próximo gobierno estará obligado a enfrentar este conflicto, ya que desde hace años dejó de ser un problema solo de la Araucanía para transformarse en un problema nacional.
Finalmente expresó que “todos los gobiernos, producto de los malos consejos que los asesores han dado a los presidentes, han resuelto postergar la solución al conflicto, bajo el argumento de que entrar al fondo es comprarse un problema. Esto ya no será posible, porque los grados de violencia y su impunidad, si no se enfrentan con medidas de fondo van a seguir agravándose, porque además de quemar maquinarias agrícolas, iglesias y bosques, se terminará con crimines en contra de las personas, como ocurrió en el cobarde asesinato del matrimonio Luchsinger-Mackay”.
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