domingo, 5 de mayo de 2013
En Traiguén se realizó el primer matrimonio civil oficiado en mapudungún
Traiguén.- Mireya Quilaleo y Héctor Antilef formalizaron en Traiguén el primer matrimonio civil en lengua mapudungún.
"Ellos dijeron que se querían casar así y nosotros estuvimos de acuerdo, y ahora esperamos que estén juntos para toda la vida. Donde yo me crié hablaban puro mapuche, pero después se fue perdiendo, nos separamos, y ahora casi nadie habla mapuche" recordó Filomena Colipi Coillam, quien celebró que su hija Mireya y su yerno hayan tomado la decisión de contraer matrimonio en la lengua mapuche, gracias al convenio entre Conadi y el Servicio de Registro Civil.
"Los felicitamos por haber decidido realizar la ceremonia en mapudungún y en tierras de su propia comunidad", agregó Jorge Retamal Rubio, director nacional de la Conadi, destacando que "el gobierno ha realizado importantes esfuerzos por recuperar la lengua y cultura de nuestros pueblos originarios, porque esto significa que les reconocemos y que les valoramos".
Delmira Montanares Sanzana, oficial civil adjunto de la comuna de Traiguén ofició este matrimonio, añadiendo que "no es algo complicado, los novios sólo deben solicitar la realización de la ceremonia en su lengua y nosotros nos hacemos cargo".
Este es el primer matrimonio civil en mapudungún que se realiza en las mismas tierras de una comunidad mapuche, por lo que combinó los principios de la Ley chilena con la cosmovisión mapuche, además de las vestimentas tradicionales donde destacó la joyería de plata utilizada por la mujer y la manta tejida en telar con lana de oveja para el varón.
Para la ocasión se habilitó especialmente un espacio decorado con hermosos copihues, cultrunes y estatuas de madera, donde además de los protagonistas se reunió un centenar de familiares de la novia e invitados de Osorno, territorio original del novio.
"Ojalá que otros novios también se sumen a esta iniciativa, porque nuestra lengua es muy bonita pero se estaba perdiendo y esta es una forma de recuperarla", dijo la novia, Mireya Quilaleo Colipi. "Nosotros estuvimos veinte años en Santiago y quisimos volver a casarnos en nuestras raíces, para que esto se preserve y no se pierda", agregó el novio, Héctor Antilef Burgos.
Actualmente se está trabajando para extender este programa a todo el país, para que los integrantes de otros pueblos originarios también puedan seguir manteniendo viva su lengua.
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