martes, 1 de septiembre de 2015
El querido almacén sin miedo a las cadenas
La paulatina llegada de cadenas de supermercados a la ciudad de Victoria podría articular un escenario que amenace la vida de los almacenes de barrio, sin embargo, salvo algunas excepciones, estos se logran mantener firme y sin miedo a la competencia que implica su llegada. Victoria.- (Andrés Bravo, Periodista)
(Manuel José Pincheira, Fotografía)
La apertura del Supermercado Acuenta, es el último antecedente de la apertura de los nuevos supermercados que han abierto sus puertas en la ciudad. Dada sus características que lo ubican en una zona alejada del sector más céntrico de la ciudad, son los almacenes los que eventualmente se verían más afectados una vez iniciado su funcionamiento a partir del 26 de agosto, fecha de su inauguración, sin embargo los propietarios de estos pequeños locales, dicen no tener miedo a la competencia que se les avecina, salvo el histórico almacén ubicado en Avenida O’higgins, que colinda directamente con el nuevo supermercado y desde donde nos adelantan, que ya están buscando iniciar un nuevo giro, “No tenemos ninguna opción de hacerles competencia”, declararon.
almacen 3
“La apertura de este supermercado significa hartas cosas, desde el hecho de que tuvimos que cerrar el negocio, porque no puede ser lo mismo con el supermercado, porque no vamos a competir con ellos de ninguna forma. Somos totalmente perjudicadas porque la única entrada nuestra es el negocio”, lamentaba la sra. Delicia Beltrán, propietaria del almacén de Villa O’higgins, que antiguamente fuera conocido como “Kiosco Amarillo” y que tiene más de 30 años de vida.
Sin embargo no se echan a morir. Por lo mismo indicaron que ya se están buscando algún socio que les permita reinventarse y la idea que asoma con más fuerza es poder crear un local de comida al paso. Así lo explican, “La idea es ver cómo podemos revertir el asunto, porque de alguna manera tenemos que vivir. Este es un negocio chico que no alcanza como para ahorrar y empezar una nueva inversión, por eso estamos buscando un socio con el que ya hemos hablado y esperamos que en septiembre ojalá pudiéramos tener algo con comida rápida, por ahí va el cuento”, indicó la sra. Delicia.
Para ello han conversado con la municipalidad, a objeto de considerar su situación y tramitar de manera ágil los permisos para este nuevo cambio de rubro, explicaron.
DE PIE, FIRME Y CON CONFIANZA
Así se encuentran otros dos almacenes distanciados por unas cuantas cuadras del nuevo supermercado. El más tradicional de ellos, es el almacén de la Sra. Rosita, así es como conocen todos el almacén de la Sra. Rosa Toledo, ubicado en calle Chillán, entre Independencia y Chacabuco, quien inició su negocio incluso antes de la construcción de la población Quilapán.
Es que el almacén de la Sra. Rosita tiene más de 40 años de historia, y más que un negocio, es un auténtico lugar de encuentro, de la conversación y los consejos; de la compra del detalle y los cien pesos de yerba o el medio kilo de azúcar.
“No le tengo miedo a los supermercados porque todos estos se han abierto desde que yo empecé; más mal de lo que ya nos han hecho yo creo que no, porque una ya es vieja en la materia, más de lo que ha afectado no creo que afecte; le habría tenido miedo cuando recién estaba empezando, pero ya no”, señaló la Sra. Rosita.
Respecto del nuevo supermercado, explica que para ella la diferencia está en lo que ofrece uno y otro local de venta, en donde la compra del detalle marca justamente esa distancia, “Ahora la gente no es como antes, cuando estaba don Osvaldo o la Sra. Corina que compraban de harta cantidad, pero ahora las cosas se vencen, no duran como antes, entonces compran de a poco, se pierden, entonces hay que andar comprando de pichintunes para andar renovando la mercadería, porque se vende lo que le falta a la gente, lo que no encuentra en los supermercados. En el súper no le venden 300 pesos de azúcar, que si la gente no tiene plata tiene que venir a comprar acá, 100 pesos de yerba, y porque en el super no venden eso?”.
Junto a lo anterior, hay otro secreto. Y es que en el almacén tiene espacio los favores, la conversación e incluso los consejos, desde preparación de comidas hasta de medicamentos. “La clientela no falla, uno ya tiene su clientela, tiene su manera de ser, este es un lugar donde se junta la gente. Viene a conversar, se distraen, a veces uno hace de psicólogo, porque viene una persona que tiene un problema, uno trata de levantarle el ánimo; otras me conversan de lo que van a hacer de comer, como hacen esto, como hacen lo otro, o qué remedio le hizo bien, que remedios le hizo mal; entonces son cosas como de barrio y yo me siento comunicada con la gente, esas son cosas que uno tiene con la gente del barrio, la confianza”, confesó la Sra. Rosita.
Almacén Los Arrayanes de la Sra. Rosa Contreras Burgos
Almacén Los Arrayanes de la Sra. Rosa Contreras Burgos
Almacén Villa Los Arrayanes se ubica a exactas dos cuadras de la Sra. Rosita, pero en este caso es otra Rosa su protagonista, la Sra. Rosa Contreras Burgos. Su local tiene cerca de 20 años en su barrio y contario de lo que se pueda pensar, califica de manera positiva la llega del nuevo supermercado. “A mí no me afecta, es bueno, porque le está dando trabajo a la gente de nuestro pueblo y se ve más movimiento; no le tengo temor, al contrario, estoy contenta”.
Ahora eso sí, a la hora de las comparaciones igual busca salvar las diferencias con un supermercado. “Las diferencias con un supermercado son bien grandes, porque hay gente que no alcanza a comprar, no va a ir al super a comprar una cebolla, una bebida, un chocolate, a penas de pronto alcanza para un kilo de azúcar. El almacén de barrio no muere nunca, no vamos a vender en cantidades para hacerse millonarias, pero se está vendiendo todos los días; pero hay que ser constantes, saber el horario del trabajo de la gente en la mañana, no fallarle, porque la gente está acostumbrada”, explicó Rosa Contreras.
En general, sin temor y más amor propio solventan su vida estos locales de ventas, que tal como la cosa propia, el almacén es una extensión de nuestra vida de barrio que jamás renunciará su existencia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario