martes, 1 de septiembre de 2015
Columna: Soy de los pocos que ha decidido estudiar por primera vez a sus 30 y tantos…
Victoria.- (Danilo Abarca)
Y si, no ha sido fácil… Pero he decidido vivir la experiencia completa… Completa como pasar el año pasado por el mechoneo en una carrera de derecho que hacía dos años que no mechoneaban (Imaginen estudiantes sedientos de venganza de años anteriores!!!… Jajaja).
He vuelto a hacer torpedos, a vivir la adrenalina de copiar en una prueba, a sufrir en las interrogaciones, a quedar colgado con alguna explicación, a no dormir cuando hay prueba, a reírme de los profes y sus tics y mañas, a llegar zombi a la U después de haberme creído lolo y haberme pasado con las cervezas (que para mí, pasarme de las cervezas es tomarme 3 “Corona” individuales)… He reído con tonteras de nuevo, recibí sobrenombres (“papá mechón”), y puse sobrenombres también (“Loca shica”, “Guasho Riquelme”, “Pescado con orejas”)… He aprendido de grandes profesores de derecho (que por lo general, son menores que yo)… Y es aquí donde me detengo un poco…
Trabajo a diario con un montón de niños y jóvenes aún en etapa escolar o bien saliendo de ella, y veo realidades tan distintas. Veo a un montón de chicos comprometidos con la cultura en nuestro caso, que en general han aprendido de la disciplina de la danza. Asistir a ensayos con lluvia, o con muchísimo calor, dejar de hacer cosas para estar a la hora que corresponde, sudar, frustrarse, volver a intentarlo, reír, llorar… En el fondo comprometerse con algo, algo que a sus edades a veces es increíble.
He tenido la suerte de ver que la gran mayoría de los chicos que han bailado conmigo y que han salido del ballet después de un par de años bailando, son personas de bien, carabineros, marinos, en la fuerza aérea, estudiantes de distintas carreras, así como también he visto a algunos que no pudieron con su entorno, y hoy por hoy, están en vidas que quizás no les corresponden. La droga, la falta de apoyo de sus familias, la poca costumbre al compromiso con algo, ha hecho de ellos personas con montones de carencias. Claro, a veces es fácil culpar a la sociedad, y al entorno, pero que hacen los padres en sus casas para remediarlo?. Victoria quizás no es París, Buenos Aires o alguna otra ciudad con carteleras llenas de panoramas, pero si hay Folclore en un montón de grupos, hay hip hop, hay orquesta, hay Judo, conjuntos musicales, vóleibol, gimnasios disponibles para una pichanga, plazas y parque con juegos… Uf!!!… Hay tanto!!!… El problema que a la hora de las actividades, o están dando “La Jueza”, “La rosa de Guadalupe”, “Las matriarcas”, “Papá a la deriva”, y un montón de teleseries donde a los papás les enseñan a ser padres y a los hijos, a ser melodramáticos.
Tengo la suerte de haber dedicado a la danza folklórica más de 25 años, y en mi experiencia, le aseguro a Ud., que compatibilizar el colegio con una actividad en donde exista el trabajo en equipo, el compromiso, la disciplina, y el apoyo de los papás, hará que ganemos un aporte a nuestra sociedad y no un cabro que rescatar.
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