Lamentablemente, la crisis internacional y la pobreza franciscana de los Gobiernos de la Concertación en materia de modernizaciones pro desarrollo y mejoramiento de la productividad, se traducirá en un aumento considerable de la cesantía en la región.
Actualmente, hay 39 mil cesantes en la Araucanía: el 13% de la fuerza laboral de Temuco; el 11% de Angol; el 14% de Padre Las Casas y el 15% de Victoria. A esto hay que agregar cerca de 32 mil pequeños agricultores que cosecharán a pérdida, producto de la baja del precio del trigo el aumento del valor de los fertilizantes y la negativa del Gobierno de apoyarlos. No culpemos sólo a la crisis internacional. Chile viene cayendo en picada durante los últimos 10 años. En el Gobierno de Aylwin crecimos a un 7%; con Frei a un 5% y terminó con 0.2%; en el de Lagos apenas un 4% y el actual terminará con menos del 3%.
Las medidas del Gobierno son sólo un mínimo paliativo para quienes pierden su trabajo, como ocurrió con el aumento de la cobertura del seguro de cesantía que disminuye las exigencias de cotizaciones y permite que los trabajadores a plazo o por obra, puedan acceder al Fondo de Cesantía Solidaria, pero mantiene una injusta exclusión de las temporeras. El Gobierno podría perfectamente aumentar el empleo si estableciera incentivos tributarios a las empresas que invierten en la región y contraten mano de obra local.
Hace cuatro años presenté tres proyectos de ley en esa dirección. Como es un tema de impuestos, el Senado le solicitó el patrocinio al Gobierno, quien hasta la fecha no lo ha hecho y los proyectos no se pueden tramitar.
Adicionalmente, capacitar a los trabajadores, facilitar los créditos a las pymes, avanzar en la flexibilidad laboral considerando que el 40% de los jóvenes más pobres están cesantes, permitiría enfrentar con éxito los difíciles momentos que ya se viven y se avecinan. Sí se puede disminuir la cesantía y derrotar la pobreza
No hay comentarios:
Publicar un comentario