Victoria.- (Paola Grandón) Nace en Portezuelo, el 30 agosto de 1908, luego que su madre Carmela Noriega zarpara desde la mismísima España a principios del 1900.
Casada con Luis Alberto Espinoza Medina, tuvo tres hijos: Adriana del Carmen, María Angélica y Luis Alberto. Además de 5 nietos y 3 bisnietos.
Siendo muy pequeña y junto a su hermana María Concepción (QEPD) deben trabajar para ayudar a su madre con las obligaciones de la casa. Fue así como, junto a su esposo, comienza a “entregar” aves exóticas a las importantes cocinas de los restaurantes y hoteles de la Región del Bio Bio y Araucanía.
Poco a poco, comenzó a tomar firme rumbo en el rubro del comercio hasta instalarse con un negocio de verduras, frutas y una pequeña pérgola en la capital penquista. De esta manera y gracias al mítico tren “el valdiviano” o “el de las 12” trasladaban sus mercaderías entre Concepción y Victoria.
Pasado los años y en compañía de sus colegas “comerciantes” viajeros, deciden abrir “sucursales” en el Mercado de Victoria: Lo que es hoy, la Carnicería “El Tata”. Aparte de Provisiones “Carmencita” frente al Terminal Rural.
Lectora empedernida de lo que llegara a sus manos, cursó hasta 6to. básico pero gracias –precisamente- a este afán lector, lograba comunicarse con nivel ante sus clientes. Amiga de grandes políticos del entonces nunca se preocupó de su tinte u opción partidista, ella, siempre, atendía con su sonrisa característica y persignándose junto a la moneda o billete que recibiera como primera venta del día.
Recordada por sus “hermosos ojos color del tiempo” en su funeral osaron advertir que no ha habido mujer más hermosa que haya pisado el Mercado de nuestra ciudad. Y es que ha sido ella quien hace me sienta orgullosa de pertenecer al sector estación de este Victoria lluvioso y de tanto frío.
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