Escuela Nobel Gabriela se encuentra convertida en un polvorín

- Apoderados apoyan a director y enviaron carta a autoridades locales y regionales.

Angol.- (Rodrigo Zurita Palma) Siguen revueltas las aguas en la escuela Nobel Gabriela de Renaico. Tras el fin de la paralización docente y el reingreso de los profesores a clases, los ánimos en ese establecimiento escolar, lejos de calmarse, se han mantenido agitados, siendo el turno esta vez de un grupo de apoderados del establecimiento, quienes decidieron “tomar la sartén por el mango” y apoyar la gestión del director Fidel Hernández, criticando el accionar de gran parte de los docentes y pidiendo la salida de la dirigente docente Mireya Beltrán, a quien acusan de ser la responsable de gran parte del mal ambiente existente en el establecimiento. Los apoderados, que dicen estar cansados de las irregularidades que aseguran existen en el colegio, redactaron una carta, la que fue enviada a diferentes autoridades tanto locales como regionales, donde exponen sus reclamos y argumentos y solicitan algunas medidas para, según ellos estiman, mejorar las condiciones actuales del establecimiento. MISIVA El texto entregado por los apoderados dice lo siguiente: “Señores: Juan Carlos Reinao, Alcalde Municipalidad de Renaico; Marcelo Segura, Seremi de Educación; Moisés Yáñez, Jefe Provincial de Educación; Rodrigo Alarcón, Jefe DEM y Fidel Hernández, Director Nobel Gabriela, Presente: Mediante la presente, me dirijo a ustedes, con el único objetivo de informar de las irregularidades y presiones que ejercen hacia el actual Director don Fidel Hernández. En esta práctica incurren gran parte del Profesorado que labora en la Escuela Nobel Gabriela, sin embargo hay algunos que ejecutan de buena forma su labor, estos son: Pablo Mena, Jessica Aguayo y María Cristina Duarte. El ambiente laboral que uno puede percibir de esas prácticas es evidente y van en desmedro del buen funcionamiento que debiera tener el Colegio, a continuación podemos enumerar algunas, como por ejemplo: Algunos profesores no obedecen las órdenes del director y por lo tanto no dejan trabajar al resto de los profesores. La señora Mireya Beltrán tiene un mal manejo de la carrera docente y un pésimo desempeño, además de dominar muchos directores. Además, llega tarde y cuando se presenta a trabajar, en muchas ocasiones no ha realizado clases y cuando las realiza, el trato con los alumnos es muy malo. Influye directamente en los profesores más nuevos incitándolos a paralizar funciones, sabiendo que si el Colegio no repunta en el ámbito educacional, se verá obligado a cerrar sus puertas en un plazo de dos años. A ella esta situación le importa poco o nada, ya que en dos años más se jubilará, por lo tanto demuestra muy poco interés en que sus demás colegas se queden sin trabajo y los niños sin educación. Por lo anterior nosotros como apoderados, solicitamos el traslado de la señora Mireya Beltrán a otro establecimiento donde no pueda causar el daño que le está provocando a nuestro colegio. Además tenemos el caso de la profesora Rina Urrutia, quien en dos ocasiones ha sido mal evaluada, por lo tanto con una mala evaluación más, tendría que dejar de desarrollar sus funciones. Para evitar esto, se postuló como dirigente y así poder quedar en cierto modo protegida. Nosotros como apoderados estamos muy preocupados con esta situación, es por eso que hacemos llegar estos antecedentes que seguramente ustedes desconocen y de esa manera puedan darle una solución a esta problemática, que no le hace bien al sistema, al colegio y por supuesto a los alumnos. Saludan a ustedes: Marcia Polanco; Victoria Césped; María Arévalo; Cecilia Villalobos; Karla Fuentes y otros apoderados”. SEREMI Tras conocer la misiva, Marcelo Segura, seremi de Educación de La Araucanía, manifestó que ya instruyó algunas acciones a seguir al director provincial de Educación, Moisés Yañez, para que éste se reúna con los apoderados y vean las soluciones para esta problemática. De igual forma, Segura no descartó la posibilidad de acercarse personalmente al establecimiento e interiorizarse en terreno de la situación que aqueja al plantel educacional.