Los rostros de la sequía en el sector rural de Lautaro

Lautaro. El cambio climático ha hecho que los veranos sean cada vez más secos, dejando los pozos sin agua, las huertas destruidas y los animales sedientos. A sus 70 años, Ana Luisa Huenuhual Manquehuán jamás había sido testigo de un verano más seco que el actual. Su pozo de agua se secó, su huerta se secó, el canal que cruzaba cerca de su casa se secó…Y esta terrible situación afectó también a sus vecinos de la reducción Catril. “El tiempo ha cambiado mucho”, asegura, mientras observa su terreno, lleno de polvo y con el pasto blanco por la falta de líqui. “Nos quedamos sin agua, y se perdió mi cilantro, la lechuga, el perejil…”
Sin embargo, en medio de sus necesidades –vive sola con su esposo de 80 años, ambos pensionados, en una mediagua con piso de tierra- una luz de esperanza ha estado llegando hasta este sector distante 4 kilómetros de Lautaro. Y es que un camión con capacidad para 10 mil litros y una camioneta con capacidad para mil, recorren diariamente los secos campos lautarinos llevando el precioso elemento.
“Llegaron la semana pasada, y de verdad que fue una tremenda alegría”, señala Ana Huenuhual. “Nos sirvió mucho, porque no estamos preparados para tanto calor. Imagínese que antes en verano habían 2 ó 3 días de mucho sol, pero después refrescaba…Ahora no, todo es calor y más calor”.
CHANCHOS
José Tránsito Saavedra es el esposo de doña Ana. Con 80 años a cuestas, ha debido sufrir la pérdida de dos de sus seis hijos. Hoy, ellos están en el norte del país, por lo cual esta pareja ve pasar los días sólo en compañía de sus perros “Patricio” y “La Toya”, viviendo de lo que le da la crianza de chanchos.
“Todo está caro ahora”, aseguran. “Al menos con los chanchitos tenemos carne, ya que las verduras se perdieron por culpa de la sequía”.
Son trasvasijados 280 litros. Feliz, Ana Huenuhual impregna su pulgar en tinta y pone su huella en el documento que acredita que recibió agua, elemento tan abundante hasta hace unos años y que hoy escasea de manera alarmante.
FAMILIAS
De acuerdo con las cifras que maneja la Dirección de Obras de la Municipalidad de Lautaro, encabezada por su director Eduardo Bustos, son 571 las familias que actualmente están recibiendo agua. La cantidad de personas que este año se han visto damnificadas por la escasez de agua, ha transformado al camión aljibe adquirido el año pasado -con capacidad de 10 mil litros- en protagonista del seco verano.
De acuerdo con lo expresado por el Director de Obras, este trabajo se realiza debido al interés del alcalde lautarino, Renato Hauri Gómez, por apoyar a los sectores rurales de la comuna, que han estado viviendo graves problemas cada verano por efecto de la faltade agua. Es así como se gestionó el año pasado la adquisición de un camión aljibe con capacidad para 10 mil litros de agua, que ha estado sumamente activo en lo que fue el verano recién pasado y que continúa este mes haciendo su recorrido habitual.
Los sectores donde se está realizando la distribución de agua potable son Central Alhueco, Dollinco Alhueco, Lliullucura-El Manzano, Traipe Cheuquel, Dollinco Alto, Malpichahue, Coihueco, El Escudo, Los Temos, Agua Fría, La Peña, Blanco Lepín, Muco Bajo, Pumalal y Chacabuco.
Así, las numerosas familias que hoy padecen de la sequía, ven con tranquilidad cómo el agua llega semanalmente, gracias a los vehículos municipales, y muestran su satisfacción por el interés que el municipio, encabezado por su alcalde Renato Hauri, tiene hacia la zona rural de la comuna del Toqui.
100 pollos, 25 pavos
En el sector de Santa Ana, Dollinco, Doralisa Salgado ha podido respirar tranquila tras la llegada de su provisión semanal de agua potable. En una pequeña casita en medio del seco paisaje rural, convive con una madre enferma de los nervios, un tío en silla de ruedas con cáncer a la próstata y otra persona enferma, además de preocuparse de mantener su increíble granja de animales domésticos: 100 pollos, 25 pavos, 10 patos, 4 gatos, 4 perros y 18 chanchos.
“Hace dos meses que venimos recibiendo el agua, y nos ha ayudado mucho, porque ya van a a ser tres años que nuestro pozo está con muy poco agua”, asegura.