martes, 8 de octubre de 2013
El Combate Naval de Angamos y la captura del Huáscar ocurrieron un día como hoy
Angamos.- El Combate Naval de Angamos fue un enfrentamiento naval de la Guerra del Pacífico. Se produjo el miércoles 8 de octubre de 1879 y en él se enfrentaron los buques peruanos Huáscar y Unión contra los buques chilenos Cochrane, Blanco Encalada, Loa y Covadonga. La captura del Huáscar por parte de la Escuadra chilena fue decisiva para la obtención del dominio marítimo y marca el fin de la campaña naval de la Guerra del Pacífico.
El gobierno chileno había considerado como principal objetivo destruir la poderosa embarcación peruana el Huáscar, de manera de continuar con éxito las maniobras militares. A esas alturas del conflicto, el Almirante peruano Miguel Grau, comandando el Huáscar, había entorpecido el transporte de tropas chilenas, capturando barcos con refuerzos chilenos, bombardeado los puertos del norte, lo que mantenía en jaque a la escuadra chilena.
A las 22:00 hrs. del 7 de octubre, la escuadra chilena, comandada por Galvarino Riveros y a cargo del Ministro de Guerra, Rafael Sotomayor, salió de Mejillones para interceptar a la escuadra peruana, que entraba a la bahía de Antofagasta. Luego, huyeron al oeste al ver los navíos chilenos. El Huáscar fue interceptado por el Cochrane a la altura de Angamos la mañana del 8 de octubre.
Tras una hora de combate, en el que los cañones del Cochrane dañaron severamente al Huáscar y destrozaron el cuerpo del Almirante Grau -de quien solo quedó un pie y la dentadura incrustada en el forro de madera de la torre-, el teniente Pedro Garezón arrió la bandera del navío peruano.
Entonces el Huáscar fue abordado por botes del Blanco y del Cochrane y su gente llegó a tiempo de cerrar las válvulas abiertas con intención de hundirlo. Enseguida el Capitán Guillermo Peña tomó el mando del monitor, para llevarlo a Mejillones, mientras que la Unión huyó perseguida por el Loa y la O’Higgins, sin ser alcanzada.
De esta manera, Perú perdió el mejor de sus buques, y también sufrió la pérdida de Miguel Grau, uno de sus más grandes héroes navales. Este hecho dejó abiertas las costas peruanas para la invasión chilena.
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