Victoria.- (Manuel Burgos Lagos, Periodista)
El acelerado ritmo que se advierte en las distintas actividades de hoy, debe lamentar que con cierta frecuencia, sean los padres quienes den cristiana sepultura a sus hijos, revertiendo el lógico proceso inverso.
Volvió a ocurrir, durante la despedida en la Misa de Exequias y funerales del subgerente de Planeación de la Ruta Araucanía, Ernesto Svend Schneider, despedida religiosa que encabezaran su viuda Marlis Ulloa e hijos; sus padres, Edwin Schneider Bühlmann y Grete Hansen; sus suegros, Humberto Ulloa Pilgrin y señora; familiares y asistentes que colmaron el templo de la Parroquia de Nuestra Señora de La Merced.
EDAD TEMPRANA
El celebrante, padre Pedro Juan Díaz, llamó a “orar y despedir a don Ernesto Sven, que ha ido al encuentro del Señor, vamos a pedir por su eterno descanso, pero también vamos a orar su familia, por todas las personas cercanas que están sufriendo esta partida, pero con la esperanza de Vida Eterna que nos promete el Señor”.
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Integrantes de la familia, tuvieron a su cargo las lecturas del día y el gerente de la Ruta de la Araucanía y Ruta de Los Ríos, Enrique Fernández Cale, dijo a medios informativos que “estamos muy acongojados por esta pérdida de don Ernesto Schneider Hansen, un compañero y amigo, dedicado siempre a todos sus amigos, a la familia, lo hemos podido comprobar aquí en este momento tan doloroso; las muestras de cariño de toda la gente que ha llegado y la empresa en pleno está acompañándolo en el último adiós”.
Para exteriorizar este sentir, tanto en la Iglesia como en Cementerio, donde se depositaron sus restos, hablaron sus hijos, su hermana; igualmente Fernández Calé y una amiga de sus hijos, resaltando pasajes de su vida y las cualidades que demostró en vida la persona que falleció luego de sufrir un violento accidente de tránsito en la ruta que une Victoria con Traiguén, en la madrugada del 01 de febrero.
2 comentarios:
Me acabo de enterar de esta noticia descansa en paz amigo Ernesto saludos a su familia espero algun contacto
Conocí a Ernesto en 1985 cuando fuimos compañeros en segundo año de Ingeniería en la Universidad de Concepción.
Tuve la fortuna de conocerlo, siempre amable, sencillo, amistoso, siempre lo recuerdo y ahora que estaba buscándolo en redes sociales para saber de él por esta pandemia, me encuentro con esta triste noticia que realmente me sensibiliza ante el dolor de su partida.
Vayan mis condolencias para sus padres, su esposa Marlis - a quien conocí en Concepción y tengo gratos recuerdos también de ella - a sus hijos, su hermana Giselle, y a todos sus familiares y amigos.
Querido y Recordado Ernesto, estoy seguro que volveremos a encontrarnos allá arriba, cerquita de Dios, y volveremos a retomar esas largas tertulias y risas que compartimos en vida. Así sea, en el nombre de Jesús, Amén!. Con cariño y respeto, Albin Rivera (albin.rivera@gmail.com)
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